El Cine como forma expresiva y estética

sábado, 9 de enero de 2010

Avatar, de James Cameron (2009).

Por Megan Pfeiffer.

Realmente nos narra la eterna historia del simple hombre que se convierte en héroe y salva a su pueblo. El protagonista es un veterano de guerra minusválido, al que después de la muerte de su hermano gemelo, le ofrecen su puesto para investigar Pandora, una luna del planeta Polyphemus. Puesto que los humanos no pueden respirar en Pandora, los científicos han creado unos cuerpos mezclando los genes humanos con genes de los nativos (los Na´Vi) y así poder explorar no solo la tierra y los animales, sino también aprender y enseñar a los propios nativos. Los militares, que aparecen con la función de proteger, tienen en mente otro plan.

James Cameron, tardo 12 años en hacer esta película. La tuvo en mente desde el estreno de ´´Titanic´´ (1997). Ya en el 2006 se puso manos a la obra con Avatar, aunque tomándose su tiempo para dar espacio esta película tan ambiciosa, esperando a que existiese la tecnología necesaria.
Hay teorías de que la película guarda mensajes políticos, hay gente que lo niega, pero quien vea la película podrá ver escenas de acción parecidas a guerras que estamos viviendo. Otra teoría, es que la película manda un mensaje ´´verde´´. Pandora es como imaginarse nuestra propia tierra, y en nuestro lugar unas criaturas que tienen una relación más intensa con la tierra.
Tipo de película, maniquea hasta la medula, eso se ve desde el principio de la película cuando sale el Coronel, con esa cara de querer sangre y esa cicatriz en parte de su cara. Con este personaje se define cuales serán los malos: Los militares.

Obviamente el bueno principal es el protagonista, que es guapo, al pobre se le acaba de morir el hermano, no puede caminar y sueña con volar. Junto a él los demás buenos son los científicos, que lo único que quieren es crear vínculos con Pandora y sus nativos.
Sabes al inicio de la película que tiene que tener un final feliz, y casi te hueles que la trama no va a ser demasiado elaborada o complicada de entender. Lo que desilusiona un poco cuando estás viendo la película, es el ir reconociendo detalles de otras películas.
Quien no ha visto un claro paralelismo con la historia de Pocahontas. El hombre que viaja a un nuevo mundo en busca de aventuras, la mujer libre que tiene obligaciones con su gente, los malos que planean devastar la tierra con el fin de hacerse ricos, y de paso matar algunos salvajes.
La conexión final, del protagonista con el Árbol Sagrado (para quedarse en su forma de avatar) puede recordarnos un poco a la película ´´Matrix´´ (Larry y Andy Wachowski, 1999), donde encontramos una separación entre el mundo real, y el mundo en el que vivimos. En Avatar, probablemente sea el cuerpo real, y el cuerpo del avatar.


La película, si hablamos de ella solo en el ámbito visual, es espectacular. Consigue que te sientas dentro de la película durante todo el tiempo que estás sentado, es entretenida, aunque en mi opinión un poco larga. Es dinámica, y solo hay algún que otro momento con narrativa más pausada. Cada detalle de la producción digital está completamente cuidada. Si hay que darle un diez en algo, habría que dárselo a la realización, la animación digital, y la capacidad imaginativa (sobre todo la capacidad imaginativa). El bosque, las plantas, los animales, las naves de combate, y bueno, el entorno en general, al mismo tiempo que sabes que nada es real, consigue que durante dos hora y media te lo creas todo.
¿Habría que ver esta película? En mi opinión sí, pero siempre que sea en piloto automático (al menos la primera vez), porque con lo que es la historia y el guión puedes sentirte un poco decepcionado.

Por amor al arte, N. Labute, 2003

Por Alba Luengo Ortiz


¿Qué es arte? ¿Cuál es su precio? ¿El arte debe ser moralmente correcto?

Durante y después de ver esta película, dirigida por Neil Labute en el 2003, mi cabeza parecía un generador de preguntas asociadas, la mayoría sin una respuesta objetiva, pero no por ello menos crítica.
Realizada con pocos medios, cuatro actores principales y algunos extras, que son capaces gracias a un argumento excepcional (a mi juicio lo más destacable), de mantenernos expectantes durante el desarrollo del film.

Estructura narrativa de sierra, en la que destacan las siguientes secuencias: el happening en el museo; la discusión con los amigos de Adam; la grabación en la casa de Evelyn; el encuentro de Jenny y Adam; la operación de estética de Adam y por último el culmen de la presentación de la tesis de Evelyn.
El guión, un tanto anodino, cobra especial relevancia al comienzo y al final (ambos brillantes) que nos enmarcan una trama compleja y de total actualidad, como es la de la obsesión por la superficialidad y de como los medios de comunicación influyen sobre nosotros y nuestras relaciones sociales. Todo ello aderezado con la conciencia crítica del arte contemporáneo.
Evelyn (Rachel Weisz, Hipatia en Ágora) representa el papel de artista feminista polémica. Como sucedería después con Art School Confidential (Terry Zwigoff, 2006), se proclama la figura del artista como un ser polémico, ya bien sea por él o por su obra. Si no se genera controversia no se es artista.
La fotografía correcta, con variedad de planos: cortos, picados, contrapicados, y planos secuencia al representar la casa de Evelyn y la muestra de la tesis.

Referencias feministas implícitas como Judy Chicago, “Esfuérzate por hacer arte, pero cambia el mundo”, “Sólo existe el arte. […] No a la indiferencia”… y un par de préstamos literarios, Dorian Gray y Gregor Samsa, ambos personajes metamórficos alusivos al cambio y personalidad voluble de Adam.
Psicología y biología mimetizadas por la ley de la supervivencia del más fuerte:
Materiales: carne humana y voluntad humana.
Tiempo: 18 semanas.
Resultado: un sujeto más atractivo, socialmente mejor aceptado, superficial, infiel, pero frágil por su condicionamiento genético.
¿Todo es subjetivo?

Camino, de Javier Fesser, 2008

Por Taís Carballes Balse



Inspirada en hechos reales, CAMINO es una película que nos transmite una aventura emocional en torno a una niña de once años que se enfrenta a dos sentimientos completamente nuevos para ella que experimentará a la vez: el amor y la muerte. Es la historia de los tristes últimos días de Alexia González-Barros, la cual padecía un tumor en la columna vertebral, que la hacía permanecer acostada soportando fuertes dolores durante varios meses antes de su muerte. Alexia y su familia pertenecían al OPUS DEI, facción integrista de la religión católica que ha hecho todo lo posible para conseguir su beatificación. Un tema que ha traído consigo numerosas críticas e incluso denuncias por considerarse que éste ha utilizado a Alexia como icono de mártir, para santificar el dolor y justificar la sumisión a sus postulados.

La niña, animada por su familia y asesores religiosos aceptó su enfermedad, el dolor y el sufrimiento y los consideró “una bendición” hasta el día de su muerte. Pero la película nos plantea, además, otro tipo de momentos que la propaganda católica oculta. Así como el que la niña pensase en situaciones que podría disfrutar si no fuese a causa de su muerte. Está claro que lo que más llama la atención de la película es la historia, la cual resulta así de impactante gracias a la magnífica realización de Javier Fesser.
El director cuida la imagen, los encuadres, las escenas, el guión… pero sobre todo el proceso de trabajo y el entusiasmo que se percibe por detrás de lo que ofrece al espectador.
Centrándonos en la música, Manuela Velles (hace de Nuria), participa en la banda sonora de la película. Aspecto que tiene una importancia relevante, puesto que ayuda a que la película se perciba con un mayor énfasis emotivo. Un magnífico y controlado proceso de elaboración que hace que la película reviva por sí misma.
CAMINO ha ganó los premios GOYA a la mejor película, dirección, guión original, elaborado por el director Javier Fesser; a la Mejor Actriz, Carmen Elías; al Mejor Actor de Reparto, Jordi Dauder, y a la Mejor Actriz Revelación, Nerea Camacho.Venía avalada por otros galardones: el Jose María Forqué, y el Sant Jordi entre otros.
Sin duda, una de las mejores películas españolas.

Barry Lyndon

Por María Penalonga Ramallal

Barry Lyndon (1975) de Stanley Kubrick, presenta una fotografía excepcional, a cargo de John Alcott, el cual recibió uno de los 4 Óscar que obtuvo la película. Se siguen a la perfección los encuadres, la regla de los tercios, planos, colorido,... creando un film agradable a nivel visual. Gran importancia de colores pardos en las prendas, en oposición con los trajes rojos de los capitanes, cargados de poder. Decorados y vestimenta espectaculares que reflejan el S. XVIII en el que se desarrolla la película. Como anécdota, es interesante saber que era tal la minuciosidad de Kubrick que hizo réplicas de los cepillos de dientes de la época y mandó diseñar los trajes que se veían en los cuadros.
Llena de juegos de luces y sombras, hablando de claves altas en el exterior; y claves bajas en el interior. Escenas rodadas con velas, sin utilizar focos, lo que generó un ambiente de escasa luz, y para el que fue necesario una lente Zeiss de 50 mm utilizado por la NASA. Un objetivo muy luminoso pero que reducía la profundidad de campo, por lo que las escenas parecen en ocasiones planas, sin perspectiva; y los actores pueden resultar hieráticos por estar limitados en sus movimientos.
¿La protagonista de Barry Lyndon? La música. Espectacular, a cargo de las adaptaciones de Leonard Rosenman. Desde el primer momento el ámbito sonoro cobra un papel relevante, con su inmediata aparición a modo de obertura la Sarabande de la Suite para clave nº 11 de Haendel.
En todo momento cumple su función a la perfección, habla por sí sola y es fiel a la imagen. Es importante saber que no se hicieron obras para el film sino que todo lo elegido es música clásica, excepto la música tradicional irlandesa de las primeras escenas.

Hablamos de compositores conocidos como Haendel, Schubert, Bach o Vivaldi; o marchas militares como los “Granaderos Británicos” o Hohenfriedberger, que mantienen atento al espectador en cada aparición, y elevan el ritmo narrativo, que en determinados momentos (sobretodo en la segunda parte) resulta lento.
En cuanto al ritmo, no ayuda el escaso número de planos cortos, y la cantidad de planos primeros y generales con los que se resuelve la imagen, acompañados en ocasiones con un zoom que sirve de transición entre ellos.
La cámara se caracteriza por no estar estática. Está en continuo movimiento, aunque los movimientos son lentos. Se recurre al travelling y en ocasiones observamos movimientos de cámara en mano, en las peleas; o movimientos circulares, contrarios al sentido de los protagonistas lo que genera una fuerte tensión en el espectador, además de elementos empleados por Kubrick como la tormenta, lluvia, música (instrumentos agudos como el flautín, o percusión), claves bajas, velas, escopetas, lanzas,… que en un principio pasarían desapercibidos, pero son evidentes generadores de tensión.
A pesar de que en su estreno Barry Lyndon fue un fracaso de público y crítica, porque era diferente a otras películas históricas, su calidad sonora y fotográfica es incuestionable.

EL SARGENTO DE HIERRO, Clint Eastwood (1986).

Por María Chacón Rubio
Película de acción dirigida y protagonizada por Clint Eastwood, donde interpreta al sargento Tom Highway (un veterano de la guerra de Vietnám y Corea), esta inspirada en la invasión de Granada en 1983.
Desde la primera escena podemos ver que se nos presenta un personaje fracasado contando batallitas de guerra en cárcel, con problemas de alcoholismo, incapaz de escalar en la jerarquía militar, divorciado, sin amigos. Toda la primera mitad es muy potente, el arranque del principio con imágenes de la guerra en blanco y negro a modo de documental me pareció atrayente para el espectador, pero lo que más destaca en esta parte es el guión realizado por James Carabatsos, lleno de frases románticas y bonitas alusiones a la audiencia femenina y bien pensante que escupe el Sargento Highway. Como consecuencia todo el que haya visto esta película se acuerda de una frase de éste mínimo. Los diálogos cargados de tacos es un elemento que se me asemeja a la “Chaqueta Metálica” (1987). Sin embargo esta es una película que hay que tomarse como una comedia muy negra que condensa de forma muy particular todos los film bélicos que por los años 60 no paraban de surgir.

La película flaquea sobre todo al final, ya que nos hace conscientes de su nula capacidad a la hora de representar un combate creíble, muy mal rodado y técnicamente flojo. Además desentona por completo con todo lo que estábamos viendo hasta entonces y hace que se dude de su parodia al mundo bélico, es una parte que me desconcierta.
No podemos decir que esta es una gran película, pero si me pareció interesante y me ayudó ha dejarme claro que sin lugar a dudas el momento de esplendor de la filmografía de Eastwood como realizador ha sido esta década, aunque haya por hay algún recital antiguo que me haga dudar.


Citas del Sargento Highway:
- "Soy el sargento de artillería Highway. He bebido más cerveza, he meado más sangre, he echado más polvos y he chafado más huevos (chuta el contenedor de basura) que todos vosotros juntos, capullos."
- "¡Ahora mis cojones contra los vuestros y perderéis!".
- "Os voy a hacer falta hasta para haceros una paja, os lo aseguro".

viernes, 1 de enero de 2010

Si la cosa funciona, W. Allen, 2009

La película acaba con el cambio de año... Y como el Pisuerga pasa por Valladolid... Me pedía el cuerpo decir algo sobre el cine de el famoso director neoyorkino. Después de Vicky, Cristina, Barcelona, acaso le apeteciera volver a reivindicar su propia identidad como ciudadano y en ello está una de las cualidades fundamentales del argumento: la ciudad como medio de transición. Seas una jovencita, un hombre maduro, una mujer menopáusica, un homosexual provinciano encerrado en el armario.... seas quien sea, llegas a Nueva York, incluso, al Nueva York más mugroso que puedas imaginar y tu vida se transforma radicalmente en sentido positivo. ¡Y además puedes comprar aprovechando la debilidad del dólar! Mucho mejor que La Habana...
Mientras la veía se me ocurrió que acaso contuviera alguna alusión consciente a La naranja mecánica, por aquello del aniversario, la iconografía del protagonista, ciertos fragmentos de ambientación musical y la relación asimétrica con la joven sureña recuerdan a F. Alexander... Pero comprendo que la idea es tan forzada como las críticas positivas al cine de Godard .

Imagen correcta, pero pobre... como de costumbre; ritmo irregular... como de costumbre. W. Allen se ha centrado tanto en los guiones, que se ha encontrado con los cineastas japoneses de los años treinta. Como en las películas de Ozu, los actores se dirigen al público... por supuesto sin las sutilezas de aquél, de modo comparable a las fórmulas empleadas por los dramaturgos europeos de los siglos XVI y XVII. Imagino que si W. Allen contemplara con detenimiento las obras de Shakespeare, hasta se le podrían ocurrir "genialidades" comparables a las que pergeñaron Sir Lawrence Olivier y Kenneth Branagh cuando se enfrentaron al dramaturgo británico.
El protagonista, quintaesencia proyectiva del propio W. Allen (como es habitual), identifica la genialidad con la capacidad de "visión global". Para partirse el culo... ¿Visión global? Sí, entiendo que es una de sus cualidades fundamentales: W. Allen tiene la visión global suficiente para satisfacer a la legión de seguidores "intuitivos"—borrachos de atomismo preconciliar— que cuando el propio director conduce al otro lado de la pantalla metamorfosea en estúpidos de solemnidad... Y en el horizonte, siempre la sexualidad... el argumento de siempre. Para mi gusto, al genio, al creador de alta cultura, le hace falta algo más que la visión global: tener ideas interesantes. Y Woody Allen lleva muchos años —demasiados— explotando la misma idea mediante comedias de situación de calidad media nunca demasiado alta. Claro, que si la cosa funciona...

miércoles, 23 de diciembre de 2009

martes, 22 de diciembre de 2009

EL LADRÓN DE BICICLETAS, 1948. DE SICA

Por Inmaculada Pizzella Díaz


Si pusieran en cartelera una película de este tipo hoy en día, la mayoría de la gente se habría dormido en la sala…muchos la han calificado de insufrible…¿insufrible? Es obvio que cuando nos disponemos a ver una película de los años 50 en blanco y negro, sabemos que deberemos adoptar juicios críticos diferentes a los que tenemos cuando vemos las películas actuales que están en cartelera. Los temas, los ritmos, el ambiente son completamente distintos, por lo que se debe ser consciente que este tipo de películas no encajará con nuestros gustos modernos.
El ladrón de bicicletas, de 1948, es una película fielmente de estilo neorrealista italiano, cuyo mensaje es evidenciar la pobreza de unos ciudadanos cualquiera en la ciudad de Roma después de la segunda guerra mundial. La historia es sencilla, simple, casi minimalista, pero muy intensa y chocante hacia el espectador. La narración, es perfectamente clásica. Su estructura es cíclica: el protagonista sale de la multitud anónima en la primera secuencia y vuelve a ella al final, además comienza desesperado sin trabajo y finaliza de la misma manera.

Es un film puramente naturalista, casi podría interpretarse como un documental, que retrata la historia de una familia romana. Además de naturalista, el guión es muy sencillo y explicito, de diálogos cortos. En realidad el guión se queda en un segundo plano, ya que los personajes transmiten mucho más con sus gestos y sus situaciones, que con sus palabras. Si hubiese sido un film mudo, seguramente hubiese funcionado casi tan bien que con ese guión, porque la situación habla por sí misma. La tristeza que ahoga a los protagonistas se transmite en su rostro y en su desesperación por encontrar la bicicleta.
Maravillosamente fotografiada en un crudo blanco y negro, casi en tono documental, en una Roma antigua poblada por la miseria de ciudadanos anónimos que van dejando en escena su granito de arena evidenciando el ambiente de aquella época. Rodada en su mayoría en ambientes exteriores, con mucha afluencia de gente y con planos largos. Supongo que no se emplean decorados artificiales, sino que se rueda lo que hay según se ve, sin artificios, ni adornos. Con estas imágenes, directas y reales, podemos recrear tal cual las situaciones comunes de aquella época, a modo de documental.
Los personajes no son actores profesionales, sino seres corrientes, escogidos para interpretar escenas que seguramente habrán vivido en su vida real. Encontramos principalmente dos protagonistas, padre e hijo, y un protagonista simbólico, la bicicleta. Esta bicicleta es metáfora de muchas cosas, metáfora de una esperanza, de una resignación, de la importancia que algo tan absurdo ( para nosotros) como una bicicleta, en aquella época podía ser tan importante para una familia.
Lo único que endulza esta trama tan triste, es la relación de los dos protagonistas. Una relación fuerte y sólida, donde cada uno tiene su deber, pero se profesan mutuo amor y respeto. Una relación envidiable para muchos padres y muchos hijos de hoy en día. Y en realidad esta relación es la única que sobrevive a la desesperación y resignación de perder la bicicleta. Esta relación tiene muchos elementos en común con la relación también de padre e hijo de Charlie Chaplin con su “hijo adoptivo” en El chico, de 1921. Ellos también siguen unidos frente a todo tipo de incidencias y sucesos. Ambas parejas son cómplices, los unos en la búsqueda de la bicicleta y los otros en el procurarse un trabajo, donde el hijo rompía los cristales y el padre los arreglaba. Ambas parejas transmiten dulzura y amor, se protegen mutuamente y en ocasiones se muestran en pura simbiosis.
Y en realidad también estas relaciones eran naturales y verídicas. Era esta la parte positiva de aquella época, que las relaciones y las familias eran muy sólidas y unidas. Juntas se enfrentaban a todos los problemas que pudieran llegarles.Quien sabe si Vittorio de Sica, tomó algún ejemplo de esta película de Charlie Chaplin,
porque sin duda hay una imagen de los niños que son completamente iguales, sentados en el bordillo cabizbajos. En ambas películas el hijo simboliza la esperanza, las ganas de seguir adelante, la fuerza de vivir.
Es por la energía de los personajes que hace del Ladrón de bicicletas, una película menos triste de lo que nos parece a simple vista.
Quizás pueda interpretarse como una resignación a la pobreza. Una reflexión de lo difícil o casi imposible que resultaba conseguir una vida mejor. Como si un pobre debiera resignarse a ser pobre. Por más que se intente cambiar, comprando una bici o llevando a su hijo a comer a una trattoria, siempre será siendo pobre. Pese que al final, padre e hijo se pierden entre la multitud del pueblo, sin su bicicleta, ellos lo seguirán intentando, sin perder la esperanza de conseguir algo mejor, y siempre cogidos de la mano.

jueves, 10 de diciembre de 2009

“A sangre fría”, de Truman Capote en tres películas muy diferentes

Por Alba Luengo Ortiz


“Ni un alma del dormido Holcomb los oyó entonces: cuatro disparos de escopeta que acabaron –de incluirlos a todos- con seis vidas humanas”.
Truman Capote, A sangre fría


Cruenta historia basada en hechos reales que en la década de los sesenta consternó a gran parte de la sociedad americana. Presentada como “la primera novela basada en hechos reales” [ Véanse los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, o los escritos históricos de Julio César], (en inglés non fiction novel), supuso la consolidación como escritor de Truman Capote. Tal fue el interés que suscitó, que en la actualidad tenemos acceso a tres películas de argumento variable: desde una adaptación de la novela [A sangre fría, (In Cold Blood), Richard Brooks, 1967] , a dos puntos de vista diferentes [Capote, Bennet Miller, 2005 e Historia de un crimen (Infamous), Douglas McGrath, 2006] sobre la investigación de los crímenes e interrogatorios de los asesinos por parte del escritor. [Cabe mencionar a Harper Lee, amiga de Truman, ayudante del mismo en la investigación y escritora conocida por su novela Matar a un ruiseñor]

ANÁLISIS ESPECÍFICO

A sangre fría (In Cold Blood), Richard Brooks.

Realizada en 1967, dos años después de la ejecución de los imputados, nos encontramos ante una película cuyo guión es quizás bastante fidedigno con la novela.
De estructura lineal creciente [5Planteamiento, desarrollo y desenlace] con secuencias en flashback, estamos ante un caso un tanto especial, ya que la imagen y el ritmo narrativo se complementan equitativamente; a pesar de que a partir de la mitad de la película el ritmo desciende. La imagen muy cuidada, gracias a la fotografía de Conrad L. Hall. [Remarcado director de fotografía, entre su filmografía destacan películas como Los profesionales (The Proffesionals, 1966 de Brooks) o más recientemente American Beauty (1999), de Sam Mendes]
La aplicación de planos generales, primeros planos (enfoques de los asesinos como elementos de psicología y tensión hacia el espectador), picados (tomas de la estación de autobuses), contrapicados, angulaciones (el personaje de Perry recogiendo una moneda de un dólar en la habitación de Nancy), plano-contraplano (escenas de carretera)…infinidad de tomas y secuencias que demuestran el manejo del lenguaje visual y cinematográfico con la ventaja y desventaja de trabajar en blanco y negro.
La iluminación predominante en claves bajas, con focos ocultos que crean tensión visual, remarcan la eficacia narrativa asociada a la imagen a través de las sombras propias y arrojadas de los protagonistas.
Acorde a la ideología de Freud, con metáforas a la figura paterna, estas se muestran explícitas en le momento del crimen, cuando por momentos el futuro ejecutor de Perry parece ser su propio padre; hechos como estos refuerzan la idea de escapismo de cualquier tipo de juego maniqueo.
En lo que concierne al argumento el mensaje latente de Brooks nos traslada a un problema de entidad, asociado a la legislación americana: la pena de muerte.
El enfoque que muestra, en contra del mecanismo de leyes estadounidenses, mantiene sobre la balanza en un extremo el primitivismo de este sistema, en cierto modo anti-humano y en el otro a dos sujetos, enfermos mentales, sin ningún tipo de escrúpulos.



Capote, Bennett Miller.

Basada en una novela sobre Truman Capote de nombre homónimo [Truman Capote la biografía, Gerald Clarke, 1989] , en 2005 fue dirigida a cargo de Bennett Miller.
Rodada en color, el tratamiento de la imagen fotográfica es de calidad, teniendo en cuenta que ésta ha sido una de las premisas de propaganda de la industria americana (además de la fecha de realización, con dispositivos digitales y posproducción).
La diversidad de planos, iluminación acorde al guión (interacción de claves altas asociadas a la investigación fuera de la cárcel, con claves bajas en secuencias de la prisión), apoyan el argumento anterior.
El guión propio de la industria actual de Hollywood, escaso y conciso y al mismo tiempo un tanto banal, deja paso a imágenes impactantes de violencia explícita [Parece seguir el dicho de “Una imagen vale más que mil palabras”].
La película no tiene fallos graves de ritmo; nos muestra a un Capote atraído y fascinado por la figura del asesino Perry Smith. El argumento se concentra en la investigación llevada a cabo por el escritor con la ayuda de su amiga Harper Lee, absteniéndose el director casi por completo de intensificar la figura que el propio Capote afianzó de sí mismo: “Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio.”
Un punto a favor de Miller por evacuar el remarque del amaneramiento y excentricidad del escritor y de su ajetreada vida social, a favor del proceso de investigación e historia del crimen de los Clutter.

Historia de un crimen (Infamous), Douglas McGrath.

Última película sobre Truman Capote, dirigida en 2006 y la más sensacionalista de todas. Muestra a un Truman genuino, abnegado en vicios, despiadado con sus fuentes. [9 Prometió a los asesinos la impugnación de la pena de muerte, pero una vez obtenida la información no se produjeron cambios en el juicio]
Es curioso analizar el elenco de actores:
Sandra Bullock caracterizada como Harper Lee un tanto anodina, Gwyneth Paltrow e Isabella Rossellini para incrementar el caché del film, Lee Pace (conocido por una serie cómica en claves de humor negro, Pusing Daisies [En español “Criando malvas”]) y Daniel Craig, a quien asociamos directamente con el agente 007. Un remake del Star System irónico cuanto menos.
Imagen, iluminación y ritmo narrativo correctos, de calidad por la misma característica anteriormente mencionada con Capote: los medios de producción y realización norteamericanos. En cuanto al guión, se centra continuamente en la figura social de Truman, su idiolio con Perry... el asesinato en cuestión parece carecer de importancia.




ANÁLISIS COMPARADO

Analizando las tres péliculas con el libro de Truman Capote, encontramos la dicotomía que se genera siempre entre cine y literatura.
La fotografía en las tres, de gran calidad, pero con matices sustanciales. El arranque, brillante en la de Brooks, [Con la presentación de Kansas City y la suela de Perry] polémico en la de McGrath e intrigante en la de Miller, nos condiciona también por la aplicación cromática, por la confrontación entre el blanco y negro frente al color.
Si comparamos el guión, tenemos que contar con las diferencias argumentales entre las tres: la de Brooks es la más fidedigna con la obra, la denominaríamos “adaptación”, frente a las otras dos que se centran en el proceso de investigación.
Aún así, la complejidad argumental y retórica visual se la lleva A sangre fría, incluyendo el trasfondo social y las connotaciones que el mismo posee, incluyéndola en lo que conocemos como cine artístico de alta cultura.
Comparando argumentalmente las otras dos, Capote más seria, Historia de un crimen irrisoria. Capote se centra en la investigación, le da entidad e importancia al crimen acaecido, frente a Infamous, que remarca continuamente la actividad lúdica y social del escritor.
Sobre la composición temática, concretando en las escenas de violencia, quedan patentes y explícitas en las dos últimas realizadas. En el caso de Brooks, opta por una sutileza formal, que le da el mismo carácter trágico al argumento y visualmente resulta menos morboso y rocambolesco.
La música, presente en las tres, en las dos primeras [En sentido cronológico de realización] funciona como elemento secundario, ambiental. En la última, destaca en las secuencias de la vida social de Truman, que son las más predominantes, por lo que el mensaje latente que el director proyecta es bastante claro.
En cuanto al desenlace de las tres, con la muerte en la horca de los asesinos, hay divergencias fundamentales. Los diálogos en la de Brooks son los mismos que en el libro:
- Dick: “Sólo quiero decir que no siento rencor. Me están ustedes enviando a un mundo mejor que el que jamás fue éste”. [Capote, Truman; A sangre fría, Anagrama, Barcelona, 2007, pág. 428]
- Perry: [...] “Carece de sentido pedir perdón por lo que hice. Está casi fuera de lugar. Pero lo hago. Pido perdón”. [Capote, Truman; A sangre fría, Anagrama, Barcelona, 2007, pág. 430]
En la escena final aparece Perry ahorcado, balanceándose ya muerto.
En la de Miller, Dick no aparece, presuponemos que le ahorcan antes que a Perry. Éste último pregunta por algún familiar entre los asistentes (nada que ver con la novela). El final culmina con el personaje de Capote subido a un avión contemplando el cielo y con el diario que Perry escribió e ilustró en la cárcel en la mano.
En Infamous, el diálogo de Dick es fiel a la novela, pero en cambio el de Perry es inexistente. Otro antagonismo lo encontramos en los asesinatos. En la novela no queda totalmente claro quién es el asesino, juega con el testimonio de Dick, pero suponemos que fue Perry, y Dick cómplice de asesinato. En esta misma película, Dick mata a la señora Clutter y a Nancy. Como final aparece un borrador con las palabras escritas “Answered Prayers”, título de una de las novelas inacabadas y póstumas de Truman Capote.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

El caso de Samantha Tumpach



Jorge me pasa las referencias americanas sobre el caso de Samantha Tumpach, apenas recogido en la prensa española, a pesar de su manifiesta actualidad. A continuación, un fragmento de la narración de 20minutos

“Grabar en un cine con su videocámara tres minutos de la película Luna Nueva (la secuela del Crepúsculo) puede suponer para Samantha Tumpach, una joven de 22 años de Illinois, a una pena de tres años de prisión. La grabación iba destinada, como regalo de cumpleaños, a la hermana de la detenida.
Tumpach, cogida in fraganti mientras grababa en las imágenes del film en un cine de Rosemont, fue detenida por la Policía y pasó dos días en la cárcel. La joven se enfrenta a una pena de hasta tres años de prisión por estos hechos.
Desde que se conoce su detención, las opiniones sobre la posible condena a la que se enfrenta la joven coinciden en que ésta resulta excesiva. Una experta en tema jurídicos relacionados con la piratería digital ha asegurado, en declaraciones a la cadena CNN, que es "una distorsión ridícula de la ley el perseguir de esta forma a la chica".

Y me pregunto si no nos estaremos volviendo locos…

Hace cuatro años David Bravo Bueno publicaba el “test del Disparate” en su Kriptopolis, mil veces reproducido con o sin retoques con posterioridad, y ampliaba la argumentación en su libro “Copia este libro”, para el caso español.

Siguiendo la interpretación que hace la industria del artículo 270 del Código Penal, elija cuál es la acción considerada de mayor gravedad:

PREGUNTA:
(a) Juan fotocopia una página de un libro.
(b) Juan le da un par de puñetazos a su amigo por recomendarle ir a ver la película “Los Ángeles de Charlie”.
RESPUESTA:  La acción más grave desde un punto de vista penal sería la “a” puesto que la reproducción, incluso parcial, sería un delito con pena de 6 meses a dos años de prisión y multa de 12 a 24 meses. Los puñetazos, si no precisaron una asistencia médica o quirúrgica, serían tan solo una falta en virtud de lo dispuesto en el artículo 617 en relación con el 147 del Código Penal.




PREGUNTA:
(a) Juan copia la última película de su director favorito de un DVD que le presta su secretaria Susana.
(b) Juan, aprovechando su superioridad jerárquica en el trabajo, acosa sexualmente a Susana.
RESPUESTA:  El acoso sexual tendría menos pena según el artículo 184.2 CP.


PREGUNTA:
(a) Alfonso se descarga una canción de Internet.
(b) Alfonso va a hurtar a El Corte Inglés y, como se la va la mano, se lleva cincuenta compactos por valor global de 1.000 euros.
RESPUESTA:  Seguiría siendo más grave la descarga de Internet. El hurto sería un delito porque supera los 400 euros, pero sería de menor pena que la descarga (artículo 234 C.P.).


PREGUNTA:
(a) Pedro se graba la película El Resplandor del VHS de su amigo.
(b) Pedro, irritado por el doblaje de la película, amenaza de forma leve a Verónica Forqué exigiéndole que no vuelva a hacerlo nunca más. Pedro usó un arma en la amenaza.
RESPUESTA: La copia sería un delito y la amenaza, incluso con un arma, una simple falta (620.1 C.P).

Algo vale que en España no cumple las leyes nadie...