El Cine como forma expresiva y estética

miércoles, 11 de febrero de 2015

Carrera ideológica hacia el Oscar

Por Vice

Oscarsowhite fue el trending topic más sonado que dejaron a su paso las nominaciones de los Oscar 2015. Esos premios que todo el mundo asegura ignorar hasta que llegan, y cuando lo hacen no dejan contento a nadie. A esta marea de reclamación igualitaria se sumaron muchos nombres, los primeros de relevancia fueron Spike Lee y George Lucas. Alejados últimamente de los focos de atención, no es difícil ver oportunismo en su suma a esta causa.
Todo ello por ser la primera gala desde el 98 sin representación de un actor negro. Y sobre todo por la película que supuestamente ha salido más perjudicada, Selma el biopic de Martin Luther King, género predilecto de los Oscar. Al contrario de lo que pueda parecer por la avalancha de quejas por obviarla, sí que ha tenido una mención importante, nada menos que una nominación a mejor película.
Con las heridas del conflicto racial estadounidense muy abiertas, por los recientes abusos de la policía estadounidense en Ferguson y el asesinato de Michael Brown, la discusión no podía llegar en un momento más candente. Ahora bien, a nadie se le escapa  que hace tan solo un año, 12 años de esclavitud se alzó con la estatuilla de mejor película y Steve McQueen con la de mejor director. Esta obviedad hace que el argumento de un acusado racismo se caiga por su propio peso. Sin embargo el actor principal de Selma, David Oleyowo reavivó la polémica, asegurando que todo esto se debía que a los negros se les prefería como esclavos y no como líderes.
Pensar que todo se debe a una simple cuestión racismo instintivo en los votantes es simplificar las cosas insultando a la inteligencia de la audiencia. Usando un tema muy delicado, como arma arrojadiza en favor de la promoción de Selma. Pero si ampliamos el enfoque quizás este tipo de debates nos ayuden a preguntarnos quienes son los realizadores y distribuidores detrás de lo que vemos en pantalla, sus intereses y motivaciones.
Con el Hashtag se abrió la veda a otras quejas como la de género. Al caer en la cuenta de la ausencia de nominaciones para Selma también se hizo en la falta de representación de su directora, Ava DuVernay. Lo que ha propiciado que también se ponga de relieve el hecho, de que ha habido una falta  de menciones individuales a mujeres en esta edición respecto a otras. Y de la alarmante falta de diversidad resultante si juntamos las dos cuestiones.


Pero si hay muchas minorías sin representación, no sé puede culpar de ello solo a la academia. El problema debe estar en los mecanismos que hacen falta para llegar a producir y distribuir cine, y como algunos colectivos lo tienen muy difícil para superar esas barreras. Si a esto le añadimos el triunfo en taquilla, y reconocimiento por parte de la academia de El Francotirador. Film de Clint Eastwood que parte de la biografía de Chris Kyle, que tiene el dudoso honor de ser el francotirador más mortífero de la historia estadounidense y con el conflicto de Irak como su escenario. Es difícil pasar por alto sus tintes fascistas que ya estaban presentes en el material biográfico, en las antípodas ideológicas de Selma.
El gran problema que muchos vemos en estos premios es que tienen tanta notoriedad, que acaban produciendo películas diseñadas para ellos. Muchas se lo juegan todo a la carta de la biografía, respaldada por una épica interpretación como mejor opción para pugnar en la carrera por el Oscar. La consecuencia es que no ser mencionado por ellos se interpreta como un fracaso, como paso con J. Edgar también dirigida por Eastwood. Esta pretensión está muy vacía, cuando solo hay hueco para un puñado de propuestas y son premios históricamente conocidos por haber dejado fuera a numerosas obras maestras.
Esperar que las minorías más relevantes como la racial y la de género se arreglen maquillándolas con premios, es querer falsear unos resultados. ¿Todo esto es fruto de la exageración? ¿O de los intereses contrapuestos de ambos filmes? Por ahora en España tendremos que esperar a que lleguen a nuestras salas para decidirlo. En el caso de Selma en marzo y  El francotirador el 20 de febrero. 

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