El Cine como forma expresiva y estética

lunes, 26 de mayo de 2008

Indiana Jones: ya no se fabrican neveras así

Por Pablo García Romano

Este sábado, obligado por mi novia, fui a ver la última peli de Spielberg, “Indiana Jones y la calavera de cristal”. Debo decir que desconocía cualquier detalle sobre el film, no sabía ni el reparto, precisamente porque esta saga es una de mis preferidas de la infancia, y de primeras sabía que lo que iba a ver no me iba a dejar buen sabor de boca, como me pasó con la segunda parte de “El silencio de los corderos”, lo maravillosa que era la primera y el tremendo pestiñazo que fue la secuela (Hannibal), desconozco qué tal están las dos siguientes, porque no me molesté ni en verlas (“Dragón Rojo” y “Hannibal, el origen”) y creo que debí haber hecho lo mismo con esta última entrega del Dr. Jones…
La película arranca como todas las de la saga, con una pequeña “aventura” de introducción, repite la fórmula del amigo que lo traiciona, escapa en el último momento de la manera más rebuscada… Indiana Jones. A los 5 minutos de película reconozco que incluso pensé “vaya, quizás, sólo quizás, me guste un poco esta película…”. Y de pronto pasó. Os resumo para no fastidiaros nada del argumento, Indiana Jones, básicamente, sobrevive a una explosión nuclear metiéndose en una nevera, que tras cerrarla, sale volando por los aires varios kilómetros, cae bruscamente al suelo (sin abollarse, claro), la puerta se abre (pero sólo cuando ya está en el suelo, por supuesto), y Harrison Ford sale, no sólo por su propio pie, sino además sacudiéndose la ropa como diciendo, “Caracoles, como me he puesto los pantalones…”
Todos sabemos que en una película de aventuras vamos a ver alguna que otra cosa bastante “flipada”, si además le añadimos a Spielberg de director, más, y si el protagonista es Indiana Jones, aun más, pero llega un punto que se sobrepasa la línea de lo surrealista, en la que ya no nos funciona ni “el piloto automático” donde todo lo que vemos es “normal”, y este largometraje en concreto lo sobrepasa varias veces, porque lo de la nevera es un punto, pero hay escenas en las que un personaje, colgado de una liana en plan Tarzán, no sólo adelanta a un vehículo sino que además se sube al mismo en marcha.
Varios guiños a otras películas de George Lucas, y del propio Spielberg, pero sobretodo, me recordó a “La Momia” de Stephen Sommers (“The Mummy”, 1999) en algunos clichés del final de la película, uno de ellos es el del personaje que es amigo, luego enemigo, se vuelve amigo, de repente se ve que era enemigo desde el principio, y en el momento previo a su muerte, se hace bueno, suelta una frase ingeniosa al más puro estilo americano y muere. Cuando veáis la película, no podréis evitar acordaros de “Benny”, el personaje de “La Momia”. Otro de los clichés es una ciudad desapareciendo de manera muy parecida, pero mucho, a “El retorno de la Momia”.
Y es que esta última entrega de Indiana Jones usa esa misma fórmula de hacer una secuela familiar, como la secuela de “La Momia”, ahora toda la familia se enfrenta al mal… Y consigue un resultado de cine americano malo en la que hay incluso marcianos, si amigos, y hasta platillos volantes… Algunos me diréis que en “Indiana Jones y la última cruzada” había puentes invisibles y pruebas de fe. Vale. Pero repito… ¿Marcianos?
Que conste que había momentos muy buenos y nostálgicos en la película que tenían el auténtico espíritu de la saga, y sólo por eso quizás mereciera la pena verla, aunque en general es una decepción para cualquier seguidor de Indiana Jones… Por cierto ya no hay nazis, estamos en 1957, ahora los malos son los comunistas, por supuesto, e Indiana Jones trabajaba para la CIA… Sin comentarios.
Me quedo con un guiño de final de la película en la que se da a entender que NO harán más secuelas, ni siquiera con el hijo de Indiana Jones, que está a punto de ponerse su sombrero, y en el último momento se lo arrebata Harrison Ford. Eso me gustó, saber que no van a volver a tocar una de mis sagas favoritas para cagarla de esta manera y hacer cine de esta pésima calidad, a mi gusto, por supuesto. Joder, con lo que molaba la trilogía de Indiana Jones…
Espero comentarios de alguien que la haya visto para saber si soy yo, o es que la película era realmente tan mala…
Salud