El Cine como forma expresiva y estética

miércoles, 31 de diciembre de 2008

Appaloosa, Ed Harris, 2008

Si mis datos no están equivocados, es la segunda película dirigida por Ed Harris y reconozco que me ha defraudado en ambas, acaso porque esperaba mayores logros de un actor excepcional. Sin embargo, ello no quiere decir que la película me haya parecido mala. No tiene el ritmo trepidante que puso Eastwood en Sin Perdón, pero como en ésta, Appaloosa nos habla de personas, de hombres, de mujeres, de dificil mitificación, en un todo poético (¿candoroso?), a mi juicio, muy eficaz para interesar al espectador capacitado para valorar la sencillez o, incluso, el ascetismo visual. Y sobre ella (sobre la de Eastwood), Ed Harris no se ha visto condicionado por su propia historia como actor y director y, por ello, acaso se haya movido con mayor libertad.
La fotografía me ha parecido particularmente buena, con encuadres excepcionales, sin rehusar las fórmulas consagradas por el uso. En algunas partes me ha recordado las mejores secuencias de Sergio Leone (Hasta que llegó su hora), por supuesto, sin rezagos de la estilización barroca propia del director italiano. Me ha gustado especialmente la manera de "explicar visualmente" la decisión final del personaje interpretado por Viggo Mortensen.
Lo mejor: la apuesta por un naturalismo (apoyado en una ambientación que parece impecable) que otorga una dimensión nueva al cine del Oeste. Tal parece que la industria norteamericana ha decidido olvidar el respaldo incondicional a la confección de una historia mítica demasiado sintonizada con la estructura económica y de valores sociales del presente. Los personajes , embrutecidos, están decisivamente condicionados por la precariedad del medio, por principios vitales elementales, por la dependencia del más fuerte... Los indios son pordioseros que se contentan con un caballo. Los revólveres, como en la de Eastwood, son armas sumamente imprecisas, cuya eficacia depende de la decisión y valor del tirador...
Una obra muy interesante, poco propicia para los amantes de las películas del oeste al uso, pero acaso muy adecuada para imaginar el camino que puede tomar el cine si no desea competir con los videojuegos...

Vicky Cristina Barcelona, Woody Allen, 2008

Por indicación de Heidi acepté -por el imperativo categórico de la amistad- ver la última película de Woody Allen, director admirado hasta que me consumió la riteración... Demasiados circunloquios para tan pocas ideas. Reconozco que él mismo supo sobreponerse a ese juicio compartido por muchos y durante los últimos años realizó algunas obras sorprendente y, en algún caso, hasta sobresalientes, por supuesto, dentro de una concepción cinematográfica muy fundada en el guión (salvo en las que contó con Gordon Willis: Annie Hall, Interiors, Manhattan...)
Para juzgar ésta sería importante conocer los objetivos... Porque, vista la película, no tengo claro ese extremo. No sé si es una película promocional de la ciudad de Barcelona u otra cosa... Si así fuera, si en realidad no hubiera pretendido sino filmar un macro-spot, reconozco un resultado magnífico, en especial si la promoción tenía por objeto convencer a las jóvenes norteamericanas. Si deseáis tener una experiencia que os cambie la vida, viajad a Barcelona: en un ambiente dominado por las obras de Gaudí y Miró, os liberaréis de vuestros estrechos prejuicios, descubriréis los componentes más recónditos de vuestra sexualidad... Os acostaréis con un pintor, un escritor, un escultor... un "artista", tendréis experiencias maravillosas y regresaréis a vuestro origen hortera sabiendo que la forma de vida americana no es la más adecuada para experimentar el placer, la felicidad... la vida. En suma, si se trata de un super-spot, la obra merecería una valoración muy positiva. Viéndola recordé aquello de "Qué bonita es Barcelona, perla del Mediterráneo..." aunque lo que aparece en la película no coincide con mis recuerdos, tal vez, porque las veces que he andado por allí además de buscar a Miró y a Gaudí, también me interesaron otras cosas y, en especial, sus gentes. Las lenguas viperinas dicen que le pagaron muy bien... Será cierto.
Pero si el objetivo era hacer una buena película, el juicio es radicalmente distinto. Tiene todas las virtudes y todos los defectos del cine más manido del realizador neoyorkino. Los elementos formales del guión me han parecido algo más flojos de lo habitual: los diálogos son aceptables, aunque las locuciones en off (al menos, en la versión doblada al castellano) son manifiestamente mejorables. Recurrir al narrador para sustanciar la linealidad de un relato cinematográfico es una fórmula denostada por los "puristas"; a mí me parece un recurso como cualquier otro... Si lo valoramos desde el resultado global, todo se simplifica. En Barry Lyndon, por ejemplo, la voz en off "funciona" muy bien; lo mismo podría decir de Starship Troopers... (no se irrite nadie por el ejemplo elegido) En este caso creo que es un solución muy forzada, porque es el sustento fundamental de la narración. Nunca como en esta ocasión será tan apropiado hablar del cine como "historia filmada".
La fotografía y el montaje son, como de costumbre, correctos, sin grandes alardes creativos. Las interpretaciones... La versión doblada al castellano no me ha gustado.
Lo más interesante aparece, a mi juicio, en algunos elementos de la historia, como la defensa de una sexualidad libre como fundamento de la relación interpersonal, la expresión emotiva y la creatividad; magnífica idea que se ha tratado en alguna otra ocasión, que para ajustarla a las circunstancias actuales requeriría una película, cuando menos, más ambiciosa... y, por consiguiente, un director con otros objetivos profesionales y estéticos. En este punto, el lector habrá comprendido por qué se me ocurrió mencionar a Paul Verhoeven....
Película sólo recomendable para los incondicionales de Woody Allen y los dos actores españoles incluidos en el reparto...

martes, 30 de diciembre de 2008

El Greco (Yannis Smaragdis, , 2007)

Hacer una película o escribir una novela sobre un personaje histórico exige una decisión preliminar: asumir las ventajas e inconvenientes del rigor o de la negación del rigor. Ambas fórmulas, a mi juicio, pueden ser “aceptables”, si el resultado final es bueno. Pero si el resultado es mediocre, esa decisión preliminar puede convertirse en un soporte de valoración muy peligroso.
En este caso, Yannis Smaragdis optó por partir de un relato novelado de Dimitris Siatopoulos que había utilizado a El Greco para ofrecer una reflexión sobre las relaciones entre el arte y “lo divino”, en el contexto de la Santa Inquisición. Probablemente, también habrá consultado el libro de Stefan Andres: El Greco pinta al Gran Inquisidor, pero entiendo que le preocupó muy poco aproximarse a la figura histórica de quien compuso El entierro del Conde de Orgaz.
No sabría valorar el resultado de la novela que otorgó fundamento al guión, pero el de la película es más que dudoso. Si la película tuviera en ritmo narrativo sólido; si el montaje fuera eficaz; si el guión fuera bueno; si las interpretaciones fueran convincentes... hubieran pasado desapercibidos los múltiples anacronismos y las “debilidades” perceptibles por quienes estén familiarizados con la pintura de El Greco y las circunstancias históricas de su momento.
Algunas ambientaciones son particularmente absurdas: se conduce a un personaje por el claustro de un monasterio; el grupo gira para acceder a lo acaso sea la sala capitular del Monasterio de Santes Creus y sin solución de continuidad aparece una sala de torturas de la Inquisición.
Es curioso, por ejemplo, que suceda la acción en Toledo y que apenas aparezca algún plano que nos sitúe físicamente en la ciudad del Tajo, habida cuenta lo concreta que es su fisonomía, de callejuelas quebradas, estrechas y empinadas; con el peculiar “aparejo toledano”, la supervaloración del ladrillo... Francamente, es difícil “creer” que la acción sucede en Toledo.
Del mismo modo, se nos presenta a un pintor que parece escapado de Montmatre, defendiendo unas prerrogativas de la creación artística que tienen muy poco que ver con la situación social y profesional de los pintores durante los siglos XVI y XVII. Y sin embargo, los fundamentos ideológicos del pintor (de la película) nos remiten a postulados ultraconservadores: el arte de la pintura, cuando lo ejerce un gran artista, puede hacer que resplandezca la Verdad y, por consiguiente, que las personas retratadas parezcan santos o diablos, según sea su alma. Recuerdo El retrato de Dorian Grey y, como de costumbre, las comparaciones son odiosas...
El enfrentamiento con la Santa Inquisición... “Tema” recurrente, que, sin embargo, planteado en las claves maniqueas de la película nada tiene que ver con los datos conocidos en ese sentido, infinitamente más complejos e interesantes. El retrato que espanta al Inquisidor General acaso pude entenderse hoy en sentido acerado, pero mucho me temo que con él sucede algo parecido a lo que ocurre con el retrato de Inocencio X (Velázquez). En ambos casos, deberíamos conocer el rostro que realmente tuvieron los personajes para saber hasta qué punto ambos pintores ofrecieron sendas imágenes críticas... Lo destacable en positivo: algunas tomas, la ambientación musical de Vangelis y algún otro detalle de menor entidad...

lunes, 29 de diciembre de 2008

Belle de jour

Por Raquel Espinar Plitt

En esta película de la última etapa de Buñuel, como en Eyes wide shut es imposible establecer la frontera entre las fantasías y la realidad, y precisamente en eso se basa su argumento. La imaginación de Sevérine, una mujer de la clase alta, de apariencia frívola y casada, acaba siempre en relatos dónde es maltratada por su marido y desconocidos, y en dónde el aspecto sexual cobra importancia en medio del contexto de agresión. La película nada es ese ambiente onírico de sus fantasías, estableciendo con ellas no sólo su etapa de prostituta, sino todo el argumento que le lleva a ella, haciendo inevitable mirar en principio toda la evolución narrativa con cierta incredulidad; Pero no por ello deja de ser acorde a la representación del personaje que intenta argumentar Buñuel.

Cuando vi hace tiempo la película por primera vez, no se me ocurrió pensar que ella era virgen, sobre todo teniendo en cuenta que llevan un año de casados. Realmente es difícil imaginarse un matrimonio que no mantienen relaciones, y menos todavía que nunca las han tenido. Este el primer punto que establece un contexto irreal, que forma parte de las fantasías de ella y les da un nuevo sentido. En estas fantasías, donde su sexualidad es explotada de una forma agresiva, la experiencia de lo sexual parte puramente de la imaginación, no como variación de algo ya conocido ni como añadidura a un juego sexual por el aburrimiento ante un acto ya automatizado en su relación. Este "aburrimiento" injustificado, una interpretación indemostrable que se asimila con un rechazo ante la conducta pasiva de su marido, ante la que responde también con pasividad y frialdad a la espera de un comportamiento que en su "realidad" no puede obtener, ya que entiende su sexualidad desde la sumisión. Esto sin embargo no representa para ella una frustración en un principio, al contrario de Albertine en Eyes wide shut, que la reconoce de alguna manera al contarle el sueño con sus fantasías sexuales insatisfechas a su marido. Ni tampoco parece darse cuenta de problema que supone limitar su sexualidad a la fantasía, pues se presenta como un juego en el que ella se pierde sin afectar a su relación conyugal. Hasta que su fantasía va cobrando forma "real".

Durante sus primeros días como Belle de jour Sevérine recibe a un cliente japonés que presenta uno de los elementos más significativos de la película. Lleva consigo una cajita que parece ser parte del ritual sexual. Él le enseña el contenido a Sevérine, pero sin mostrarlo al espectador. El propio Buñuel dijo sobre la famosa cajita que no pretendía meter algo concreto en su interior, sino permitir a la imaginación rellenar el hueco de información que la película no completa mediante la proyección, utilizando elementos del inconsciente del espectador. Es justo este juego el que pretende plantear Buñuel, relacionando el subconsciente con la cajita. Si esta se entiende con los contenidos del ello de Freud, en este precisamente se encontraría su sentido. La cajita contiene el ello, es su cofre. y es esto lo que Sevérine contempla, identificándose. El ruido inquietante al presentarla hace una idea del aspecto trastornador que representa. Lo oculto, la sombra... todo aquello que Freud repudia al inconsciente y lo esconde tras una represión ante lo más propio y extraño de la psique, en este caso la femenina. Lo inconsciente nos lleva de nuevo al tema del sueño, en el que está envuelto todo... lo onírico como contexto... mientras en Eyes wide shut lo inconsciente, el mundo de los sueños, el ello; se representa con una máscara Buñuel es mas directo: directamente lo encierra en una caja que no se muestra al espectador. Si las otras mujeres al contemplarlo pueden sentir repulsión (ante su propia psique, ante lo que ellas mismas son .....), Sevérine parece intrigada y satisfecha con el contenido, con descubrirlo. La liberación del cofre cerrado lleva la sublimación de Belle de jour, por una represión que ahora sí que implica la representación del ello. Sus actos, y el contenido de la cajita vienen a ser el mismo elemento y a tener el mismo significado. Ella guarda lo que guarda la caja, las necesidades inconcebibles como Sevérine... ella es la caja, y lo que encierra. Esta personificación trabaja en la misma forma que las personificaciones de Fellini, con sus mujeres representando puros conceptos intangibles.

Belle de jour es entonces la exteriorización exagerada de un aspecto que él entiende intrínseco en las mujeres, la personificación de lo que esconde la cajita. Parte de la idea que ya dijo Nietzsche "si vas con mujeres no olvides el látigo" pero acaba siendo bastante más radical. La necesidad de sumisión parte quizá del mismo punto que ciertas tendencias sexuales, no necesariamente agresivas o físicas como en sus fantasías, pero sí por ejemplo de la excitación ante la degradación y la humillación (Freud elaboró un estrecho vínculo entre la sexualidad y las tendencias masoquistas). "Si se produjera el hecho de que no pudieras soportar mi dominio y que vuestras cadenas sean demasiado pesadas, deberéis mataros : nunca os devolveré la libertad." Leopold de Sacher-Masoch

De todas formas, aunque empieza jugando con estas relaciones, luego, al establecer el lenguaje onírico y un desarrollo basado en la fantasía, la historia cobra otro matiz. Incluso cuando se presentan las situaciones teóricamente reales los elementos propios de los sueños siguen formando parte esencial del significado (acciones incomprensibles, contexto absurdo que aún así resulta obvio, reacciones sin sentido.. cosas que se escapan a la comprensión, hechos que requieren una explicación que permanece oculta... y a pesar de todo el conjunto adquiere sentido, como en los sueños). Igual que en Eyes wide shut, esta vez con un sobrenombre como máscara.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Sangre de mayo ¿Una película magistral?

Por fin, he visto Sangre de Mayo; gracias a la generosidad impagable de Telemadrid me he ahorrado unos euros... ¿O no?
Y debo advertir que mis prevenciones estaban totalmente infundadas, porque me ha parecido una película magistral, un jalón que determinará un antes y un después en la historia del cine español, acaso, la mejor comedia jamás rodada en toda la historia del cine del mundo mundial. Felicitaciones para el señor Garci y para su ilustre promotora.
Los acontecimientos descritos están dosificados magistralmente para que el espectador esté permanentemente atento a la pantalla, hasta la traca final en la que Goya, ambientado por los fandangos de Boccherini, "toma apuntes" de los fusilamientos, tal vez la secuencia cómica más extraordinaria que jamás he contemplado en pantalla alguna. Las películas de W, Wilder y "Teléfono Rojo" pasarán al olvido; es posible que hasta Viridiana, con su mordaz propuesta a medio camino entre el anticlericalismo y la comedia negra, deje su lugar a ésta.
La cámara se mueve con fluidez, según las circunstancias descritas en cada momento, combinando planos cortos con tomas largas, picados con contrapicado; en definitiva, un verdadero prodigio de creatividad cinematográfica. El montaje... ¡Por fin, podremos olvidarnos definitivamente de Sergei Mikhäilovitch Eisenstein! Desde hoy la referencia será José Luis Garci.
Debo reconocer -no todo ha de ser sobresaliente- que la fotografía ofrece algunos momentos flojos...
No así las secuencias de acción, que desplazarán al Guateque de Blake Edwards, en las referencias magistrales del cine cómico.
El derroche de patriotismo, con banderitas de guardarropía, es sencillamente sublime. La famosa secuencia de El fantasma de la libertad, aquella de "¡Vivan las caenas!" caerá de los palacios de Mnemósine...
Me ha encantado la ambientación escénica, con una iluminación que supera ampliamente los logros de Stanley Kubrick en Barry Lyndon, que estará retorciendose de envidia en su tumba. No es peor el vestuario dominguero de los protagonistas y figurantes, que me han recordado las "fiestas medievales" de Ayllón, donde muy probablemente habrán encontrado inspiración los acreditados documentalistas consultados por el director.
La interpretación acaso sea uno de los puntos débiles, porque algunos actores no llegan al nivel cómico general; no obstante, la mayoría nos harán olvidar a Chaplin, a Buster Keaton, a Peter Sellers, a Jerry Lewis y hasta a Gracita Morales.
La descripción de los usos y costumbres de la época produce tanta hilaridad, que por sí sola serviría para "tapar" los posibles e hipotéticos fallos de ritmo de la película. Y digo "posibles e hipotéticos" porque no he encontrado ninguna carencia importante en ese sentido. La historia fluye con situaciones perfectamente ligadas y de interés creciente; los diálogos son tan ingeniosos que no requieren truculencias de ese tipo. El espíritu de Pérez Galdós vive entre las "licencias" utilizadas por el guionista... Lo magino contemplando la película desde la eternidad... y seguro que también él se estará desmoronando de risa...
Los chistes visuales, que algunos podrían llamar "morcillas", son asimismo magistrales. Deseo destacar la retórica metafórica de las antiguas calles de Madrid, absolutamente limpias y planas, como corresponde a un urbanismo que es de ayer, pero que también es de hoy. Asimismo me ha encantado la imagen religiosa en la urna de plástico (¿o de vidrio?). Las tazas de cafetería actuales y algunos vasos de ¿Duralex?, igualmente determinan otra metáfora recurrente que comunica el presente y el pasado. Y otros mil detalles más del mismo cariz que sería prolijo mencionar.
Pero lo mejor, en la línea de las metáforas recurrentes que comunican el pasado con el presente, son las imágenes finales del Madrid actual, con ese "metro" que es envidia de los paisanos de Eisenstein), por la velocidad de los trenes, frente a la lentitud de los oscovitas (que se chinchen los rusos); con esas torres que elevan a la categoría de símbolo cultural la especulación inmobiliaria (acreditada en tiempos de Godoy, claro está); ese Palacio Real, que es espejo de otros palacios europeos, obviamente menos cualificados estéticamente...
Lo dicho, para morirse de risa, sobre todo, pensando en los 15 millones de euros que se podrían haber gastado en dotar hospitales...

domingo, 21 de diciembre de 2008

El intercambio, Clint Eastwood, 2008

Tiene gracia que quien fuera uno de los peores actores de la industria cinematográfica universal, culmine siendo uno de os mejores directores de la industria de Hollywood y, por añadidura, un actor de cierta reputación. Es obvio que la naturaleza humana y las teorías sencillas sintonizan mal. Desde que presentó Sin perdón (1992) nos tiene acostumbrados un tipo de cine de cualidades muy marcadas, que determinan un proceso de superación continua.
Son películas “sencillas”, bien realizadas, con escasas concesiones a las veleidades barrocas o virtuosas en lo visual, construidas desde guiones bien trabados, diseñados para que el espectador siga la acción con interés creciente, en las que es difícil destacar una secuencia entre las demás. Lo que destacan en las películas de Eastwood son las “situaciones” elegidas para substancias la “historia”, que se fundamente, por lo general, en la capacidad del actor para activar los sentimientos del espectador empleando sus recursos profesionales. Es, por consiguiente, un tipo de cine que presta poca atención a las posibilidades que tiene la imagen para condicionar las valoraciones emotivas que surgen en el espíritu del espectador.

En ese sentido, ´podríamos hablar de un cine “ascético”, que frente al de otros directores de planteamientos afines (Spielberg, sin ir más lejos), se distingue por la confección de guiones de extraordinario interés, que dejan poco margen al aburrimiento. En esa línea, El intercambio es, según mi criterio, la mejor película firmada por Eastwood . La historia es de gran interés objetivo y, por si ello fuera poco, su desarrollo es una magnífica lección de cómo mantener el interés del público sin ceder a fórmulas manidas, recurriendo casi siempre a soluciones eficaces y elegantes.
Los actores cumplen muy bien sus cometidos... incluso los niños, siempre difíciles de dirigir, resuelven acertadamente la situación
La ambientación histórica es muy buena, al igual que el vestuario y el resto de los factores técnicos...
En definitiva, una magnífica película, que me hace lamentarme porque este venerable profesional del cine no sea un poco más receptivo a las posibilidades de la imagen...

lunes, 15 de diciembre de 2008

Eyes Wide Shut o la fábula de los sueños

Por Clotilde J. Bandera Gallego

Puede que esta película de Kubrick hubiera pretendido ser la historia de los sueños, la fábula de algo que no consigue desvelar la realidad más intima, logrando hacer oscilar los mecanismos perceptivos del espectador, que termina recelando de su misma apreciación, provocándole la tensión de lo intermedio.
Sueño y realidad invierten sus lugares, sin importar en cual se esté en cada momento, porque en definitiva, siempre existen restos de los dos combinados. Al igual que la realidad no es real , podríamos decir que los sueños tampoco quedan relegados al campo exclusivo de lo onírico. Ambos se cruzan en un intento de ampliar sus límites para irrumpir en el espacio contrario. Porque inexplicablemente lo real se gesta en el ámbito de los sueños, sueño y realidad viven en simbiosis, precisándose recíprocamente para existir. Las secuencias de la fiesta ritual de las máscaras hace uso de todo ello.
Posiblemente, la intención de Kubrick fuera realizar un film que recogiera el mundo del psicoanálisis. Pero a pesar de todo, subsiste un ocultamiento de lo más obvio, aunque quizás exista en esa especie de lo que suponemos una logia, algo que se le niega al espectador. Entregas sexuales indiscriminadas con la sola mediación de una máscara que únicamente oculta el rostro pero no la identidad. Mascaras que conecta con el mundo oscuro y profundo de los instintos primitivos y que recuerda a esa idea de Bataille, la nueva forma del conocimiento basado
en la estética del erotismo, donde la belleza emana de las vehementes agitaciones.
Kubrick logra suavizar y estabilizar las imágenes mediante la técnica de Garret Brown, el steadycam, y así las escenas orgiásticas adquieren una singular sensualidad. El punto de vista se humanizara, pues el dispositivo parece como si se dejase llevar por el aura misterioso que los hechos conllevan. La cámara recorrerá pausadamente los rostros enmascarados de los asistentes a la vez que se oye el órgano acompañado de una letanía, creando una atmósfera especial que podría recordar a ritos ancestrales, ritos de liberación de las fuerzas instintivas, dejándonos ese eco lejano que queda suspendido en el tiempo.
Las escenas finales de la película malograran la idea de Kubrick “Si se explica lo que significan las cosas , estas dejan de tener sentido”

lunes, 8 de diciembre de 2008

Mister lonely, el rebaño de ovejas negras.

Por Marian Garrido Herrojo


Hace un año que vi ,posiblemente una de las películas que más me han impactado.
Harmony Korine vuelve al ruedo con una historia desgarradora, pero no en el sentido que nos tenía acostumbrados, esta vez todo tiene capas de almíbar que nos zambullen en un universo mágico, onírico...
Mister Lonely, clasificada erróneamente en casi todos los medios como comedia, no es precisamente un retrato de la felicidad, más bien lo contrario, una fábula donde quizás los elementos formales hagan de la historia un relato hilarante: Una comuna de imitadores de personajes famosos, pero con un transfondo tan profundamente poético y real al mismo tiempo, que a mi parecer hace de este film uno de los más acertados a la hora de digerir la metafísica humana.

Dividida en tres capítulos que toman su nombre de canciones de Michael Jackson (The man in the mirror, beat it y thriller) es precisamente la figura de éste, transmutada en la piel de Diego Luna (increíble interpretación) la que nos guía por los senderos del alma.
La elección de Jackon no es sólo estética, encarna sin duda el mensaje completo de la reinterpretación de la vida en todos los sentidos. Recordemos que él ha sido el humano más consciente de la evolución y las elecciones que ello conlleva; cambio de color de piel, de aspecto, complejo de Peter Pan extremo.. Y sin duda la metáfora perfecta para la inadaptación social que narra Mister Lonely.
El personaje de Luna, en algún momento decidió ser Michael, consciente de poder elegir como vivir su vida e incluso quien querer ser, seguramente la mejor opción si te recuerdas a ti mismo constantemente que no estas cómodo con quien eres. La idea de la inmortalidad es constante en la película, la preocupación del imitador con elegir la edad que queremos tener para siempre (al igual que el Jackson real) y de vivir en un mundo propio ajeno a los males sociales, de ralentizar la vida recluido en uno mismo.
Toda esta soledad parece haberse solventado con el encuentro fortuito de otra rara avis esta vez encarnando a Marilyn Monroe que le descubre la posibilidad de unirse a una comuna en las Highlands escocesas, donde "nadie envejece" formada completamente por imitadores. Sin duda el lugar idílico para sentirse cohesioando con un grupo y llevar a cabo tu sueños y esperanzas.

Este sitio, alejado de la realidad en todos los planos, al que llegan en barca, permite enmarcar la acción compositivamente en planos llenos de belleza e irrealidad, donde el colorido de los personajes resalta con el plomizo del paisaje. Un mundo ideal e irreal. El aislamiento meditado de estas personas en todos los niveles, es fundamental junto con la idea de pureza del alma, para entender más allá de una fachada surrealista; El desdoblamiento continuo de personalidad en los juegos infantiles, son la explicación de la inocencia al querer experimentar una vivencia propia por que hallas interesante la vida ajena.
Korine nos muestra un protagonista que lejos de estar atormentado muestra una dulce complaciencia con la diferencia que le ha tocado vivir y sufrir, una auto determinación de la marginad, de no empatizar con el mundo, de ser distinto: "es difícil reírse ,cuando no sabes qué le hace tanta gracia a la gente"
El contrapunto a la inocencia de Michael es sin duda Chaplin: marido de Marilyn, representa la faceta más humana de este singular grupo, mostrando cada uno de los defectos que nos caracterizan, siendo la desdichada Marilyn quien los sufre hasta el extremo de jugar el burlesco paralelismo de la malograda estrella, acuñando un "no se tarda tanto en morir, no tanto en lo que se tarda en vivir" que viene a ser lo que cantaba Morrysey con los Smiths en "the queen is dead"; Live is very long if youre lonely

Pero no adelantemos acontecimientos, pues el verdadero punto de inflexión y el acto de mayor carga simbólica es el acontecido con las ovejas;
Resulta que las pobres bestias son víctimas de una plaga, que traerá de vuelta a la realidad a la comuna.
Casi por castigo divino han de sacrificarlas a todas. Los sueños se rompen con el encontronazo de la muerte y la enfermedad, y una a una el rebaño de ovejas curiosamente negras excepto una, que protagoniza junto a Chaplin una lacónica despedida (¿Será que él es la única oveja blanca de la comuna?) son disparadas.

La prueba de fuego para esta micro sociedad onírica, llega con la presentación de un espectáculo en los que ellos vuelcan todas las ilusiones que les quedaban, y donde deben someterse al resto de personas ya que los impersonators "viven a través de otros para mantener vivo el espíritu de lo maravilloso", pero al levantar el telón de las esperanzas y los sueños, llega la decepción una vez más y para Michael la vuelta a París y al mundo real que se abre ante él inexplorado.

"todo el mundo intenta ocultarse de las sombras y la oscuridad pero es cuestión de tiempo que te encuentren, no puedes huir sin esconderte, no hay ningún lugar donde ir, es mi deseo aceptarlo, estar sólo en medio de la multitud. Sé que todo es una ilusión y debe terminar, nada bueno dura mucho"


Además, como postre, en una historia paralela a ésta guiada por el maestro Herzog, unas monjas de una misión en Sudamérica, ponen su fe y pureza a prueba saltando sin paracaidas desde un avión, otra simbología del sacrificio que cuesta ser diferente o haber elegido vivir tu vida por los ojos de otro (en este caso Dios) Momentos de delirante placer estético, y un final que no deja indiferente a nadie, para una película en la que como ya apuntaba "Being John Malkovich" de S.Jonze, la realidad de actores o personajes famosos se entremezcla con la ficción.


Marian Garrido Herrojo