El Cine como forma expresiva y estética

jueves, 9 de julio de 2009

¿Coppola o Coppelius?

Por Clotilde J. Bandera Gallego

Coppola apuesta esta vez con Tetro por un cine experimental, que tiene su originalidad, pero que el aire “almodoroviano” que toma la película lo estropea algo pues “Almodóvar es Almodóvar y sus circunstancias”.

Comedida la intervención de Maribel Verdú, (chica de bonitos ojos a la que no le acompaña la estrella) en un personaje de apoyo que pasa de puntillas y ensombrecido por la actuación de los otros protagonistas extranjeros . Parece como si esta actriz hubiera pasado a la eternidad (como escribiría Milan Kundera), con aquel papel que hizo en la película "Amantes" de Vicente Aranda, en donde se “victimiza” suicidándose al no saber asumir su fracaso como ser mojigato y antierótico: y es que hay papeles que marcan.

Creo que la critica no ha sabido profundizar en las múltiples capas en el que se encuentra envuelto el film, ni la calidad estética de sus secuencias, porque, actualmente, dado el mundo vertiginoso de imágenes en el que vivimos, nadie encuentra tiempo para detenerse a desentrañar, pensar y descubrir máscaras clásicas, donde se encuentra el origen de todo, pues lo que gusta es que nos engañen con simplicidades.

La alternancia del blanco y el negro con el color en la narrativa de la película se puede ver como una metáfora más. Estamos acostumbrado a que sea el blanco y negro o el sepia el color del pasado, pero no al contrario. En esta alteración, Coppola consigue significados: los colores describen la inocencia de lo que aún no es conocido, el presente es el resultado de un pasado trágico, por tanto es oscuro ya no hay luz, únicamente es la luz la que nos hace ver los colores. Pero también es ella la que mata al insecto que es atraído y se acerca , por tanto esos focos, de los que se hace uso repetidamente durante en el film, van marcando referencias simbólicas que el espectador debería ir descifrando.

Algo biográfica, señala Coppola en sus entrevistas, y todos piensan que se trata solo de cuestiones familiares ( su padre también era músico), pero posiblemente pocos habrán reparado en la similitud y paralelismo de los nombres Coppelius ayudante del mago que crea una bailarina en el cuento de Hoffman ( de múltiples versiones), y Coppola. Se sale de la película desconcertado, consecuencia del mismo caos que nubla a Coppola al construirla o ¿desconstruirla?. Mezcla estilos, idiomas, colores, biografía, matices edípicos de tragedia griega, metáforas, cuentos de Hoffman y en esa intención de querer abarcarlo todo, de realizar aquella “Obra maestra desconocida” de la que nos hablaba Balzac, puede que haya surgido esa incomprensión de la critica. Balzac describe en su cuento la obra del maestro, pero no se pronunció sobre la calidad de la misma, simplemente nos refiere que no fue entendida. Quizás haya que esperar para que lo sea.

jueves, 2 de julio de 2009

Con H de Homenaje

Javier Ramírez Serrano

Ame Agaru (1999)

Un año después de la muerte de Akira Kurosawa se estrenó Ame Agaru (Después de la lluvia), una película dirigida por Takashi Koizumi, bajo las órdenes de un guión del propio Kurosawa escrito un año atrás.
Lejos de obras como Trono de Sangre o Ran, Ame Agaru se acerca mucho más a un cuento infantil (está basada en un cuento de Shugoro Yamamoto) que a un drama de Shakespeare. Para aquellos que buscan grandes historias, complejas, llenas de giros y personajes atormentados esta no es su película. Sin embargo alejada de todo eso, Ame Agaru es una especie de Robin Hood elegante, sin excesos, con un mensaje muy optimista y poco pretencioso. Hilado lo suficientemente fino como para permitir una lectura negativa del mismo, aunque eso ya sea elucubración personal.

Ame Agaru no es el mejor Kurosawa (es difícil dirigir después de muerto), pero está lleno de referencias y homenajes al director japonés. Los planos fijos, los grandes paisajes, las tomas "documentales", y la sobriedad de los diálogos le delatan. Koizumi nos deja una pieza preciosa, sencilla de ver, con un buen ritmo (al menos coherente) y unas interpretaciones dignas de elogio.
La relación hombre-mujer aparece aquí de nuevo, en una clave alejada de las manipulaciones e intereses políticos, más cerca de la confianza y el consejo donde, de nuevo, "ella" tiene especial relevancia pese a su condición ausente, y su encierro permanente. Es increíble como modela un personaje tan "simplón", de manera que nos resulta potente, relevante y ante todo el más inteligente.

Ame Agaru es un film para ponerse contento, es más me extraña que no haya sido proyectado en jornadas de Manos Unidas o Unicef. Seguramente por aquí podamos, de hecho, desmontarla al completo, fuera de su calidad fotográfica y la maravillosa (aunque escueta) composición musical, es un film bastante superficial (podría decir sencillo y sonaría positivo), aunque personalmente me parezca su gran virtud. No hay en ella ambición alguna, o al menos yo no la he conseguido detectar, y eso la crucifica como obra relevante y la eleva en la relación película/espectador.

¿A quién le resulta agradable la amabilidad?

Ficha en IMDB