El Cine como forma expresiva y estética

viernes, 30 de enero de 2009

Revolucionary Road, Sam Mendes, 2008

Al día de hoy, existe un amplio grupo de directores de calidad acreditada, entre los que, según mi criterio, destacas unos pocos cuyas producciones determinan márgenes de calidad muy estrechos, Me encantó la supertaquillera American Beauty (1999); también me gustó Camino a la perdición (2002), con sus muy destacables connotaciones estéticas autocríticas. Frente al juicio de algunos, también me encantó Jarhead (2005), acaso una de las películas anti-bélicas más corrosivas que se han rodado jamás, contando, incluso, con los brillantes precedentes más señeros (Kubrick, de Palma, Stone, Peckinpah, etc.). Y llegamos a Revolucionay Road (2008), que fui a ver con ciertas prevenciones, condicionado por la coincidencia que suelo tener con los juicios de Vera... y esperanzado porque no quebrara una de mis apuestas cinematográficas más claras (cine como fórmula de expresión estética). En este caso, no sé si debo lamentarlo o alegrarme, pero lo cierto es que apenas puedo suscribir los juicios más obvios... Y me digo que es bueno no estar siempre de acuerdo con los amigos.
Suscribo que se trata de una obra muy "teatral", pero con matices positivos. En las líneas de cierto cine japonés (Ozu y sus seguidores), Mendes apuesta por una "forma" próxima a los modos dramáticos tradicionales, tanto por lo que se refiere al peso del texto como a la importancia de la interpretación, al diseño de los ambientes escenográficos, etc. El ritmo depende casi exclusivamente de lo que sucede "en el escenario", de lo que nos dicen los actores, sin que apreciemos ninguna "truculencia" de esas que son habituales en el cine destinado al entretenimiento de la "gente joven".
En consecuencia, para materializar el interés, "la imagen" adquiere una función relativamente secundaria que, sin embargo, es crucial para situar al espectador frente a la cuestión argumental más importante que, a mi no me parece que sea lo que más han destacado quienes la han juzgado. No creo que el objetivo de Mendes sea hablar de una "pareja americana", sino de recapitular sobre las preguntas formuladas desde el final de la Segunda Guerra Mundial, sobre la posibilidad de conciliar el "modo de vida americano" (que es el modo de vida liberal) con la naturaleza humana. Y su respuesta es infinitamente más radical y pesimista que la expresada por Arthur Penn en La jauría humana (1966), por Mike Nichols (1967), en El graduado o por Milos Forman, en Alguien voló sobre el nido del cuco (1975), por citar sólo los precedentes más conocidos y antiguos. Me ha hecho "gracia" la alusión expresa a la película de Forman en tono de humor negro, cuando el matemático habla de que los electro-shocks no resolvieron sus problemas emocionales, pero le anularon como matemático...
La película nos cuenta, con ficción de "pasado", varias situaciones, centradas por la pareja protagonista, que proporcionan invariablemente el mismo retrato psico-sociológico: bienestar basado en la propiedad y el consumo, apariencias impolutas, ordenadas, estéticamente magníficas, que ocultan situaciones patéticas, alienantes, en los límites de la degradación psicológica absoluta.
Mendes apenas deja un punto de agarre: la vieja cultura europea, el carácter mítico de París, que acaso no sea sino una referencia engendrada por la propia ingenuidad de una "cultura norteamericana" construida sobre el "engaño" de que todo ciudadano puede sentirse "especial" y desarrollar su personalidad sin que el sistema liberal le convierta en un "replicante" idiotizado (ejecutivos uniformados). El matemático "desequilibrado" (¿desequilibrado?) hará las veces de Ciutti en Don Juan Tenorio, describiendo lo que percibe con sencillez y brutalidad.
El desenlace... Sin adelantar nada, me limitaré a decir que el tercio final de la película me sugirió la llegada de una tormenta apocalíptica a "cámara lenta". Y en la traca final Mendes se introduce en nuestro cerebro con un punzón y lo mueve como haría un loco con un sonajero.
La fotografía es magnífica; la ambientación, muy buena; la interpretación, más que aceptable; la música, sumamente oportuna...
En suma, una película para recordar, que debemos ver sin involucrarnos personalmente demasiado... aunque nos toque los higadillos; por supuesto, no es apta para quienes van al cine a mover los fluidos corporales o para proyectar sus problemas íntimos. Tampoco es recomendable para quienes tengan tendencias depresivas...
Francamente, no creo que la película consiga demasiados premios de la Academia Norteamericana (me sorprendería lo contrario)... Es demasiado radical...

El documental se reinventa (una vez más)

Por Marian Garrido Herrojo


Si pensabas que con "The Devil and Daniel Johnston" no habría manera de poder superar las expectativas en un documental, insisto en lo intrínseco del género, REAL, debido a lo hilarante de los hechos acontecidos no guionizados, y la gran cantidad de material casero de igual calidad ilustradora en contenido, información y verosimilitud a lo absurdo... Espérate por que aquí viene Chris Waitt.


A complete history of my sexual failures, es el autodocumental de este cineasta piltrafilla con físico de Kurt Cobain.
Autodocumental, siguiendo la estela de los reallities, por que al pobre hombre no le parece poca broma el intentar expiar sus errores con sus numerosas ex-novias, para así convertirse en un novio-amante no ya si quiera ideal, se conforma con la normalidad de lo que viene siendo la sociedad imperante: no morir sólo, tener descendencia, intentar ser feliz...

Hay que reconocer que Chris es un poco desastre en todos los aspectos, como buen inglés no le pasa la mopa al suelo desde hace siglos, y aspecto de compromiso y seriedad, pues la verdad que no lo da.
Es un joven de la llamada generación x con sus aptitudes creativas que, esto lo deduzco yo, pasa ampliamente de las opiniones formadas por el mundo ajeno a su círculo. Excepto su madre, que le consiente y mima a jarros de agua fría en forma de verdades.
La verdad que la originalidad de la temática del film, el elenco de personajes que aparecen, el propio Waitt a la cabeza, el sublime montaje de medio año de desavenencias, y el desenlace que deja un buen sabor a triunfo del amor, casi de parodia de Disney donde podemos ver que "la realidad supera a la ficción" hace que su consumo sea rápido y gustoso.
Se podría decir que esta reseña contiene Spoilers y el que esté interesado en verla no debería seguir leyendo, pero nos ponemos delante de un caramelo de situaciones que bien merece la pena rememorar.
Empezamos el viaje de reencuentro consigo mismo y su pasado por el batiburrillo de cosas que conforman la vida de Chris y de lo que fueron sus novias, todas despechadas hasta el asqueo hacia él; ¿es en realidad tan mala persona, cómo para haber escrito un libro basado en él donde le asesinan? ¿es tan indeseable su compañía cómo para meter a la justicia por el medio?
Desde luego, la visión de Chris sobre sus ex, es que tiene predilección por las psicópatas.
Algo, que quizás a medida que las vamos conociendo en forma de entrevista, y nos van soltando pildoritas sobre la relación, trastoca nuestra percepción que nos había formado él mismo. Por quien te decantas está a tu juicio, ya que otra cosa no sabemos, pero valiente Chiss resulta un rato, pues se desnuda en todos los sentidos ante nosotros. Situaciones penosas, vergonzantes, emotivas hasta rayar el basta, divertidísimas, hacen que poco a poco comprendas de la decisión de Waitt de exponerse de esa manera; el chico se sabe una joya mediática, se encanta a si mismo y le acabas cogiendo un afecto especial como "ese amigo que nunca sería tu pareja, pero que adoras como amigo" aunque sea para compartir sus penurias.
El ritmo de la cinta es trepidante, pasando por todos los estados inimaginables, la verdad que tiene escenas que se escapan a la rutina que en un principio podría suponer algo tan pantanoso como entrevistar a mujeres recelosas (la intoxicación de viagras con calabozo incluido, la ex que le recomienda a través de un complejo sistema de no identificación que necesita ayuda profesional, sus penosos intentos en diferentes terapias incluida el sadomasoquismo...)
Un par de apuntes más : el chico sufre impotencia ¿es eso acaso el desencadenante de todos sus males amorosos? y tanto productores como protagonistas aseguran que no hay trampa ni cartón, vamos que lo que veis pasó realmente (dosis de payasadas tramadas por Waitt aparte)
Y como él bien dijo en la presentación del festival de cine de Gijón: ¡No sufráis por mi, por fín tengo novia! (y sí, es la que sale en el film)


Cambiando de tema radicalmente, pero no de contexto, Waltz with Bashir vuelve a indagar en los recovecos del ser humano y su comportamiento.
Se podría decir que Ari Folman hace un documental sobre la guerra del Líbano, pero va más allá.
Posicionándose también en la autobiografía, ya que es él mismo el desencadenante de su propia obra, además de protagonizarla junto a sus amistades, no sólo expone la fría realidad de la guerra vista por los testimonios de jóvenes reclutas que como él, no tuvieron más remedio de hacer tripas corazón, si no que se cuestiona y con ello a nosotros, cómo la mente humana hace una criba positiva de muchos traumas que quizás nunca debieron suceder, además de las ideas políticas que tocadas de soslayo son un aparte en el film pero sin duda de gran peso.
Intenta también, retroceder en el tiempo para indagar qué pasó realmente el día de la masacre de Sabra y Chatila. De por qué su mecanismo de defensa en la memoria ha implantado recuerdos oníricos y se ha bloqueado. Se mete en aguas turbulentas de la realidad y lo imaginado, para darse de frente con una parte de la historia de su país que nunca debería haber pasado y de la que él y muchos otros son responsables en cierto modo. Se atormenta y junto a sus compañeros, periodistas y otros testimonios complenta el puzzle mental.
Creo que es sin duda de lo mejor del año 2008, desgarradora y reflexiva, nos plantea la problemática de la guerra de una manera orginal; desde el recuerdo, y las injusticias desde la ignorancia y la impotencia.


¿He mencionado que es una película animada? en realidad, creo que evidentemente su fuerza estética radica aquí, pero que no es la baza principal, si no el medio apropiado para abordar algo tan escurridizo como las alucinaciones, los sueños, el recuerdo... con una utilización exquisita del color y de la narración, totalmente evocadora y de alguna manera a la vez onírica y real hasta llegar a sentir el mismo miedo del que te están hablando ( y tengo que admitir que al principio del visionado, la animación me disgustaba, pero ahora me he de poner a sus pies)
De haber sido un documental con personas, sería otro documental más sobre esa lacra que son los gobiernos y los conflictos bélicos, pero de esta manera waltz with Bashir te toca tanto que sus apenas sus últimos minutos de imagen real te desgarran y te recuerdan que no ha sido un sueño.

Marian Garrido Herrojo

Valkiria, Bryan Singer, 2008

Cine industrial (de entretenimiento) en estado puro, que me ha parecido de aceptable guión (en el aspecto formal), buena fotografía y ritmo débil,, acaso porque me han condicionado muy negativamente las consideraciones político-históricas desde las que se ha reconstruido la historia de Claus von Stauffenberg. Tal parece que habrán de pasar muchos años para que se pueda afrontar el análisis de la Alemania de Hitler con frialdad. Si el realizador se hubiera alejado de los estereotipos maniqueos, acaso debiéramos hablar de una buena película.
Merece atención especial el juego de tensiones que el director (o el director de fotografía) hacen aprovechando los dos posible perfiles de T. Cruise con parche en un ojo.

jueves, 29 de enero de 2009

El triunfo del botox (al menos para Brad Pitt)

Por Matilde Ruiz Fraile

El curioso caso de Benjamin Button (2008) es la historia de una persona que nace anciana y se va volviendo cada vez más joven. El director David Fincher (Zodiac, El Club de la Lucha) nos muestra un cuento de hadas al estilo de Big Fish de Tim Burton.
Con un guión del taquillero Eric Roth (Munich, Forrest Gump) para un Brad Pitt en plena forma, que da vida a Benjamin Button, un anciano para el que el tiempo corre a favor, y un joven al que se le termina el tiempo.
Lo anormal del discurrir de la vida del protagonista y su rejuvenecimiento, no despierta demasiada sorpresa a los personajes que van apareciendo a lo largo de la historia, todos los cuales comparten un grado de peculiaridad que les hace conformar la diferente realidad del protagonista y darle aire de cuento.
Durante los 167 minutos que dura el film vemos una serie de personajes y situaciones que nos remiten a la historia del siglo XX, y con continuas alusiones a la sociedad norteamericana de las diferentes décadas. Coincidencia, casi graciosa, es la utilización del marcado estilo Amélie (2001) de Jean-Pierre Jeunet para narrar un suceso de la trama que tiene lugar en Francia.
Al estilo de muchos otros cuentos llevados al cine la historia comienza con el dialogo de una persona mayor a otra más joven, como en la película televisada hasta la saciedad La Princesa Prometida (1987) dirigida por Rob Reiner. Tanto esta introducción como la mayoría de las similitudes con Forrest Gump (1994) son incorporaciones del guionista Eric Roth sobre el breve relato en el que se basa el film: The Curious Case of Benjamin Button del escritor norteamericano Francis Scott Key Fitzgerald, disponible en inglés íntegramente online:
http://xroads.virginia.edu/~HYPER/Fitzgerald/jazz/benjamin/benjamin1.htm
Mención especial merece el papel de la protagonista femenina: Daisy. Interpretada por Cate Blanchett, este personaje además de aportar múltiples formas de sexualidad: diferentes edades y diferentes sexos. Ejemplifica la liberación de lo femenino del yugo de lo masculino dominante, facilitado por una carrera profesional habilitante a tal efecto.
El conjunto de sucesos y personajes, aunque hilados de una manera poco original y demasiado lineal, para una historia que tiene como eje principal de su trama una inversión del tiempo en su protagonista, no es suficiente para no poder disfrutar de este cuento con toques de amargura, pero siempre sostenida.
Como curiosidad dejo este texto que lleva tiempo circulando por Internet, atribuido al dibujante Quino y muy relacionado con la película:
“La vida según Quino…Pienso que la forma en que la vida fluye está mal. Debería ser al revés: Uno debería morir primero para salir de eso de una vez. Luego, vivir en un asilo de ancianos hasta que te saquen cuando ya no eres tan viejo para estar ahí. Entonces empiezas a trabajar, trabajar por cuarenta años hasta que eres lo suficientemente joven para disfrutar de tu jubilación. Luego fiestas, parrandas, alcohol. Diversión, amantes, novios, novias, todo, hasta que estés listo para entrar a la secundaria…Después pasas a la primaria y eres un niño que se la pasa jugando sin responsabilidades de ningún tipo…Luego pasas a ser un bebé, y vas de nuevo al vientre materno, y ahí pasas los mejores y últimos 9 meses de tu vida flotando en un líquido tibio, hasta que tu vida se apaga en un tremendo orgasmo…¡¡¡ESO SÍ ES VIDA!!!”

lunes, 26 de enero de 2009

Nuevas fórmulas de educación “La clase”

Por Clotilde Jesús Bandera Gallego

"La Clase” es una adaptación del libro “Entre les murs”, escrito por François Bégaudeau ( profesor de instituto francés, que narra sus experiencias ) protagonista también de la misma. Película que parece más bien un documental, primeros planos y medios planos y la nueva moda de la cámara “tambaleante” aunque no demasiado, o sea un film realizado con gran “sobriedad” de medios, significa esto que da igual verla en el cine que en el ordenador o la televisión. Sin embargo no hay que negarle el mérito de pretender llevar por primera vez a la pantalla el problema que puede plantear en las aulas el fenómeno de la integración, junto con el nuevo modelo de educación, consistente, al parecer, (dicho en términos algo exagerados) que es el alumno el que dicta las normas y el profesor el que las tiene que obedecer . El escenario: una clase de un instituto de París compuesta por adolescentes de 14 años y sus profesores. El tema: se reduce o amplia dependiendo de las ganas que tenga el espectador de calentarse la cabeza. Pero lo que si es interesante es las diferentes lectura que suscitará ( supongo que los cientos de profesores que hayan sufrido depresiones a causa de cómo está planteada actualmente la enseñanza, en donde el alumno puede insultar, amenazar, al profesor e imponerle una forma de hablar, mientras a este no pueda escapársele ni la más mínima descalificación hacia un alumno que no actué correctamente , no será la misma que haga el que no pertenezca al gremio). En la primera lectura de la película, es que todo va bien , que existen esas pequeñísimas dificultades en el tema de la enseñanza como es la desmotivación de los alumnos, que estos apenas trabajen , y que se vea muy normal, que un chico juegue durante cuatro horas diarias a la Play Station, y que las clases sean interrumpidas cada minuto para pedir explicaciones al profesor sobre lo que en un principio pueden parecer chorradas. Sin embargo a todos se les escapará y no entenderá a la alumna que se acerca al profesor y humildemente le dice que “en aquel curso ella no ha aprendido nada”¿Realmente alguno había aprendido algo? Si, una alumna que llega a leer “La república” por que se la había dejado su hermana. Esto, por supuesto, es suficiente para justificar el éxito del nuevo sistema educativo. Y esta es la película “documentalizada” que se llevo la Palma de Oro en el Festival de Cannes, ¿ por qué ? la respuesta vendría dada por otras preguntas.Película bastante debatible y aunque su director asegure su objetividad, ( explicaciones no pedidas …) no lo es. Una vez más la realidad supera a la ficción. Documental muy recomendable para los profesores de instituto y los que quieran llegar a serlo.

domingo, 25 de enero de 2009

THE DEVIL AND DANIEL JOHNSTON

Por María Rodrigo Argüello

I can´t belive it!!!!. Un ARTISTA.

"Hola, hola, hola, soy el fantasma de Daniel Johnston. Hace muchos años, yo vivía en Austint,Texas y trabajaba en McDonal,s. Es un honor y un privilegio dirigirme a ustedes hoy para hablaros de mi condición y del otro mundo."

De este modo comienza un documental sobre el ARTISTA (si, con mayúsculas) Daniel Johnston. No creo mucho en el concepto "arte" y menos en el de "artista" pero tras ver este precioso documental tuve claro que si el arte fuera algo seria esto. La proyección del documental tuvo lugar en un bar del centro de Madrid, la gente permaneció clavada en sus asientos, quizas embrujados por el fantasma Casper o por el Demonio, nadie se pudo levantar a pedir una copa, estaban extasiados o como diría Iván Zulueta, arrebatados por este hombre, este siervo inútil del señor.

"Escucha voy a contarte la historia de cómo madura un artista.
Unos buscan fama y gloria, otros no son tan optimistas
Todos, los amigos y la familia,
Te dicen que busques trabajo
¿Porqué solo te dedicas a eso?
¿Porqué eres tan raro?
No nos gusta lo que haces
y tampoco le va a gustar a nadie
Tienes un problema ,y eso es lo que hace que estés enfermo."

¿Enfermo? ¿pero quien es el enfermo? quizás sea el que consiga mantenerse cuerdo.
" La psicosis maniaco depresiva es opuesta a la depresión .El paciente describe su estado de feliz y eufórico , y el dice, nunca me he sentido mejor. Con aumento de la irritabilidad y odio esta hiperactivo, las ideas le vienen tan rápido que cambia de un tema a otro. Se distrae con facilidad, habla con juegos de palabras y rimas. Presenta delirios de grandeza. No viven en la realidad, es posible que beban alcohol en exceso. Aumenta el deseo sexual que junto con el poco juicio puede dar lugar a la contracción de enfermedades venéreas o embarazos no deseados. El paciente, de comportamiento extraño puede decorarse con medallas, botones, plumas....,puede gritar hacerse daño pero no le importa y si lo hace no se da cuenta del daño.Duerme poco, y no tiene patrón definido, está por lo general demasiado ocupado para comer, con eso y la hiperactividad adelgazan. En casos de sobre excitación balbucean y están desorientados.Las alucinaciones sustentan delirios de grandeza, y ahí lo tienen ¡soy un maniaco depresivo con delirios de grandeza."

Así que chicos si tenéis alguno de estos síntomas, ¡mirad eso!, o mucho mejor, mirad el documental. A disfrutar.

jueves, 22 de enero de 2009

Continúa la tradición del cine político italiano: Il divo, Paolo Sorrentino, 2008

Creo que una de las líneas más sólidas de cine político se materializó en Italia durante la segunda mitad del siglo XX. Descontando las olvidadas películas fascistas, es difícil encontrar una década libre de una buena colección de obras concebidas para ofrecer a los espectadores reflexiones más o menos profundas sobre las cuestiones políticas "de actualidad" o del pasado inmediato. Naturalmente, estoy pensando den Bertolucci, en Visconti, en Pasolini...
Y aunque en esta línea no siempre se realizaron películas monumentales, entiendo que, en conjunto, prevalece lo interesante sobre lo banal. Contando con esos precedentes, Il divo, resulta ser una obra que no baja la "nota media", aunque vista desde fuera de Italia, acaso tampoco la eleve, porque a pasar de las aclaraciones textuales que menudean en la película, la información suministrada es demasiado densa para quien no está familiarizado con la historia italiana de los últimos treinta años. Aún contando con esta "debilidad", se trata de una obra de buen ritmo, guión aceptable, montaje imaginativo para enfatizar la espectacularidad, y en la que destaca una fotografía excepcional, firmada por Luca Bigazzi, que parece haber formado equipo con Paolo Sorrentino...
A mi juicio, se trata de una película muy interesante, que recupera la preocupación de Fellini por el exotismo y el esperpento visual, en claves actuales. Recomendable.

martes, 20 de enero de 2009

Los girasoles ciegos, José Luis Cuerda, 2008

En ocasiones la intuición nos remite a la vieja idea de la noesis como recuerdo... y se muestra clarividente. Hace tiempo, antes de verla, escribí algo sobre esta película y mis temores, que pudieran parecer aventurados, se trocaron mesurados y prudentes. Los girasoles ciegos es una obra que estrecha considerablemente los márgenes de calidad acreditados hasta ahora por José Luis Cuerda: más parece un panfleto concebido para sintonizar con "la memoria histórica", tal y como ha sido definida desde los despachos del PSOE y de IU, que una "hermana" de El lenguaje de las mariposas.
Sobre el relato literario del que parte, Cuerda ha forzado los términos dramáticos y escabrosos hasta llegar a un patetismo paranoico casi infantil. El resultado es un cliché maniqueo, extremadamente fácil de desmontar, y en consecuencia, inútil desde el interés político... Para que una película de intención política sea eficaz, ante todo, debe ser buena o, mejor, muy buena. Aunque la Iglesia Española y los franquistas, merezcan lo que Cuerda dice sobre ellos, el resultado cinematográfico facilita su "descalificación"; contando, incluso, con una fotografía que, fiel a su estilo, aparece muy cuidada, acaso demasiado cuidada. En algunas ambientaciones (planos nocturnos y del bosque) aprecio exceso de "ambientación escenográfica", que resta verosimilitud a las respectivas secuencias.


A mi juicio, el relato de Alberto Méndez (2004) es muy adecuado para un "corto", pero no ha resistido la dilatación impuesta por un guión demasiado artificioso, teniendo en cuenta, incluso, lo que sabemos de aquella época, en la que los franquistas y sus aliados ideológicos (la Iglesia) propugnaban recuperar los valores "tradicionales" de la cultura hispana, que ellos situaban en tiempos "pre-científicos". En esa línea, Cuerda (¿y Azcona?) pierden una baza muy importante al centrarse en los detalles escabrosos y olvidar los elementos más gruesos y con mayor proyección actual, como por ejemplo, la aceptación ciega del orden jerárquico, que sigue siendo uno de los signos de identidad del clero conservador, y convierte a quienes lo aceptan en marionetas sin capacidad de raciocinio ni voluntad, en fanáticos predispuestos a la barbarie; como, por ejemplo, no asumir que el franquismo centró la represión en el plano de lo expresamente político, olvidando la cohesión del sistema cultural para generar un cúmulo de contradicciones que desbordan la imaginación: las autoridades franquistas primero se obsesionaron con "los masones" (en realidad, quienes preconizaban un sistema democrático) sujetos, según ellos mismos, a intereses extranjeros; más tarde, cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, aplicaron el punto de mira a "los comunistas"...
En esa misma línea, me parece un error que el director haya empleado los tics fascistas (cantar el Cara al Sol, decir memeces sobre el wolframio, "hamponismo" de los "camisas azules", etc.) en jalones de interés (inquietud), porque ello ofrece una estructura demasiado simple y reiterativa, únicamente rota con algún plano diferente, como la secuencia de la almohada... demasiado condicionada por las cualidades estéticas del cuerpo humano...

Se trata, en suma, de una película casi plana, que no pueden enderezar las interpretaciones de Maribel Verdú y sus compañeros, en geenral, aceptables... Y aunque resulta paradójico, Los girasoles ciegos, con su encelamiento de lo escabroso, la torpeza, lo patético, me recuerda otra película, también, de buena factura visual concebida para dar a lo poder lo que el poder determinaba en aquel momento: Surcos (1951), de Nieves Conde... En aquella época el objetivo utópico era detener la emigración del campo a las ciudades; en ésta, cobrar los débitos acumulados por la Conferencia Episcopal Española... Pero ambas realizadas bajo el imperio de la melancolía, que según decían los manuales viejos de Formación del Espíritu Nacional, es el vicio más estéril de cuantos caben en la molicie humana. ¡Qué incómoda puede llegar a ser la memoria!
Lo más lamentable: que sea la apuesta de los "académicos españoles" para representar a "nuestra industria"... acaso, porque realmente sea, precisamente, eso: una obra diseñada para contentar a quienes distribuyen las subvenciones, Y en ese sentido, Garci y Cuerda, que se muestran tan lejanos, están demasiado cerca. Si no interpreto más los criterios académicos norteamericanos, seguramente esta película no pasará la primera selección y sólo servirá para alimentar una imagen demasiado sombría de la sociedad española.

ADENDA. Cuando publiqué este comentario ya había quedado fuera la película en la carrera por los premios de la Academia Americana

jueves, 15 de enero de 2009

Boomerang, Arturo Prins, 2008

Arturo reestrena su obra Boomerang el próximo viernes día 16 de esta semana en el Pequeño Cine-Estudio de la calle Magallanes. Según reconoce él mismo, es una película concebida tras ver Redacted, de Brian de Palma, tratando sobre lo sucedido en la estación de Atocha. Estará en cartelera durante toda una semana...
Si hubiera cuorum, podríamos debatirla con él, cuando regrese de las vacaciones que piensa tomarse...

lunes, 12 de enero de 2009

Gomorra, Matteo Garrone, 2008

Algunos amigos me hablaron bien de esta película, que ha sido premiada en Cannes y en algunos otros certámenes... Uno no puede fiarse de los amigos y mucho menos de los jurados que conceden premios cinematográficos. Como no he leído el libro de Roberto Saviano, no puedo formular un juicio comparativo... que en este caso, intuyo podría condicionar el meramente cinematográfico.
Se trata de una película entonada con ciertas corrientes europeas, aún deudoras de Dogma, que a mi me molestan muy especialmente porque no creo en el "cine objetivo" y menos aún en el cine de "apariencia torpe". No puede existir cine objetivo y el cine de apariencia torpe suele encubrir torpeza...


Lo único que mantiene en pie la película son las consabidas "formulas de producción" que, en este caso, se limitan a situaciones violentas, en algunos casos, aderezadas por los componentes especialmente inquietantes de la delincuencia juvenil. El arranque es, desde ese punto de vista, bastante bueno, de esos que mantienen al espectador atrabado en la butaca, al menos, durante otros treinta minutos más.
Pero tratándose de un proyecto tan ambicioso, como describir el mundo de la Camorra napolitana, me hubiera gustado un guión menos pobre, que hubiera afrontado la complejidad de ese fenómeno y que no se limitara a describir unas pocas anécdotas en claves maniqueas. Pensando en los espectadores no italianos, por ejemplo, podrían haber acentuado las diferencias con la Mafia siciliana...

La parte visual no desentona del ambiente mediocre general. El realizador abusa de las tomas cámara en mano, por lo general, demasiado largas: sobran minutos en casi todas las secuencias. No obstante, es de justicia reconocer que lo mejor de la película se puede buscar por este lado: algunos planos son realmente interesantes.

jueves, 8 de enero de 2009

Eyes Wide Shut, una película anómala

Por Adoración Piñón Quintana

Escribir algo para un blog es siempre una tarea comprometedora a mi modo de ver, no obstante me ha parecido interesante y siempre desde un punto de vista personal, encontrar un hilo conductor entre la película Eyes Wide Shut y el relato en el que se basa, la novela de Arthur Schnitzler, “El relato soñado “partiendo de algunas de las diferencias que confieren la independencia necesaria a cada género.
Tras ver la película un par de veces creo que la misma no cumple con el cometido de visionado en “piloto automático “, derivando en un “coitus interruptus” que sólo a saltos consigue “atrapar” al espectador. Un ritmo demasiado lento en ocasiones y otras múltiples claves no descifrables sin un buen manual de instrucciones configuran una película no bien acabada desde el punto de vista perceptivo. El resultado del producto sorprende por anómalo si lo comparamos con el resto de la filmografía de Stanley Kubrick .Dado que es su obra póstuma las hipótesis a elaborar pueden ser tan variadas como merecidas, no obstante no es mi intención entrar en detalles de no fácil contrastación.
Sin embargo, si bien como producto cinematográfico no funciona si lo hace como filón de estudio y análisis pues oculta una variedad casi ilimitada de enigmas simbólicos, filosóficos, psicológicos, etc., que ponen en jaque a más de unos cuantos avezados “lidiadores“en estos territorios cuyas fronteras son tan interpretativas como cuestionables. Casi como en un “Código da Vinci” cualquiera las hipótesis a realizar se suceden con más fluidez que las propias secuencias.
Pero volviendo a la comparativa, uno de los interrogantes retóricos que se me ocurren es si siendo más fiel al relato literario ambientado en la Viena del XIX este margen mágico de tiempo hubiera suplido parte de las a mi juicio “parcheadas “y poco creíbles situaciones descritas en la película, ¿cómo habría sido entonces nuestra percepción de haber comenzado con el baile de disfraces?
Las secuencias introducidas con anterioridad a como suceden en el relato y que sin duda obedecen a necesidades propias de la obra cinematográfica, así como el carácter impreso a los personajes, dan un giro significativo que altera la intencionalidad del escritor respecto a la del director.
Sucede así por ejemplo, en la secuencia acelerada de la revelación de los pensamientos de Alice ya sean liberados y amparados en los efectos de un porro, o bajo los efluvios del champán en el baile con el húngaro, personaje que pierde su inocuidad intangible de sueño/deseo en aras de una corporeidad que evidencia las pulsiones/tentaciones ya no tan secretas de Alice/Albertinne, alterando de golpe el carácter pasivo que Schnitzler otorga a su protagonista femenina.
En el mismo sentido Bill/Fridolin adquiere connotaciones de frustrado permanente frente a situaciones en las que no decide participar si no que es coartado por inesperadas evoluciones.
En definitiva, el relato que es una deliciosa y fluida lectura subyace como fuente de “alimentación “para la película pero a diferencia de este, la película sólo consigue discurrir con facilidad cuando se ajusta más a la cronología de la obra escrita, perdiendo al espectador en secuencias explicativas que lejos de convencer admiten la seria dificultad de una comprensión total
.Producto ambicioso este que aborda varias carambolas a la vez sin definir ninguna, psicología freudiana, sexualidad femenina, hedonismo, placer como motor del mundo, perdición y salvación dependiente de una no consumación de intenciones que obtiene como conclusión un espectador perplejo y aburrido, al que ni siquiera el desnudo de la Kidman consigue reanimar..

miércoles, 7 de enero de 2009

Red de mentiras, Ridley Scott, 2008

Me consta que muchos buenos aficionados al cine consideran a Ridley Scott como uno de los cineastas fundamentales del tercer cuarto del siglo XX y de principios del XXI. Yo no tengo tan claro ese juicio, aunque pueda reconocer que algunas de sus películas son ejemplos de manual para observar cómo se puede utilizar "la cosa perceptiva" para crear tensión visual. Estoy pensando en Alien (1979), a mi juicio, una de las películas con mejor "gradiente tensional" (si se me permite el barbarismo) que conozco, después de las últimas de sir Alfred Hitchcock; estoy pensando también en Blade Runner (1982), a pesar, incluso, de su "laguna" en la parte central. En refuerzo de su alta valoración también realizó otra obra excepcional sobre la "condición femenina": Thelma y Louise (1991)...
Cuando vi Gladiator (2000), se disparó mi ingenuidad e imaginé que se intentaba medir con Mann y Kubrick... Reconocí la calidad de la batalla del comienzo, verdadero prodigio de ritmo narrativo. Por desgracia, a medida que pasaban los minutos mi juicio cambió radicalmente y al salir del cine ya me asaltaba la sospecha de si Ridley Scott no se había bajado los pantalones ante las exigencias de la "industria". Por desgracia, cuando realizó Hannibal (2001) y Black Haw derribado (2002) ya se había transformado en uno de los buques insignia de la industria del entretenimiento...
En esa línea, Red de mentiras (2008) es una película que ofrece concesiones descaradas y vergonzantes al giro dado por los acontecimientos políticos en USA. Si Black Hawk derribado estaba alineada con las directrices intervencionistas del presidente Bush, American Gangster y Red de mentiras son sumamente receptivas a la dirección de la veleta...

Red de mentiras es una película bien trabada y con ritmo vivo, de fotografía correcta, con buenos efectos especiales, situaciones violentas (y morbosas) bien dosificadas "in crescendo" , interpretación aceptable (desde lo que se puede valorar con la versión doblada)... Un buen producto de entretenimiento, en suma. Si analizamos el aspecto argumental... La exposición de lo que está sucediendo en Oriente Medio... me parece diseñada por los asesores de política exterior del futuro presidente Obama... Para encauzar la situación en Oriente Medio es necesario apoyar a los regímenes amigos, acabar con los terroristas y con la gestión nefasta aplicada hasta ahora en el aspecto militar. Y con un poco de suerte, cuando el señor Obama acabe su "reinado", los iraquíes se habrán convertido al cristianismo... o, mejor, aún, se habrán hecho todos pro-israelíes. ¡Fantasías animadas de ayer y hoy...!
Sintetizando, que es gerundio: buena película para los amantes de R. Scott y quienes babeen con Di Caprio; para los demás, una película en sintonía con lo que en Europa (incluyendo al Estado Vaticano) es políticamente correcto cuando hablamos sobre los problemas de Oriente Medio, es decir, una memez descafeinada, susceptible de ser interpretarse como propaganda política para quienes alimentan sus meninges (que no el cerebro) leyendo periódicos occidentales y cadenas de televisión convencionales. Me gustó más Syriana (S. Gaghan, 2005). que tampoco es cosa del otro mundo... Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, desde estas líneas me gustaría recomendar Objetivo mortal, de Richard Brooks (1981), que sin ser una obra maestra (es otro producto de entretenimiento) trata sobre los problemas de Oriente Medio en clave de comedia y da qué pensar...

sábado, 3 de enero de 2009

Ultimátum a la Tierra, Scott Derrickson, 2008

Es paradigma de cine de manipulación en línea con los valores políticamente correctos definidos por Al Gore... siguiendo el decálogo de Goebbels.
Ritmo según las fórmulas de producción propias de la industria norteamericana, trama simple, recursos perceptivos obvios, matices emotivos derivados de explotar los mecanismos de preprogramación genética (niño), referencias simples (arca, diluvio)... Y para que nadie salga de la sala del cine con más preocupaciones de las convenientes, final feliz. Todos tenemos "algo especial"... El argumento suena a spot de bebidas alcohólicas o a sevillana de la Expo...
En este caso, contra lo que podríamos suponer al tratarse de "ciencia-ficción" y un remake, no se salvan ni los efectos especiales, especialmente deficientes.

En suma, "cine basura". Y si alguien se quiere entretener con estas "historias", vea la de Wise (1951), que tampoco es cosa "de otro mundo" pero tiene su gracia.

En busca del famoso paradigma. ROCKNROLLA, Guy Ritchie, 2008

Javier Ramírez Serrano

Recuperando el versus infinito entre cine de calidad estética y cine de entretenimiento, quiero detenerme en este último para hacer una pequeña reseña sobre lo que, para mí, es una película de entretenimiento de calidad. Volviendo de paso a la polémica en torno a Quemar después de leer, ¿paradigma de entretenimiento de calidad o comedia americana llena de tópicos y pasada de rosca?

Me parece interesante recuperar este debate a la salida del último largo de Guy Ritchie que vuelve con un sello de identidad marcado por Lock n’Stock y Snatch. En RocknRolla no vemos grandes cambios respecto a las anteriores obras de misma temática, pero si observamos como mantener una fórmula fresca para que siga cumpliendo su papel.

Estamos hablando de cine de entretenimiento, puro y duro, pero de calidad. En mi opinión lo que la carrera de Tarantino pudo llegar a ser tras Pulp Fiction y nunca será.

Cine frenético, lleno de chulerías de montaje y diálogos “memorables”. Digo memorables porque son el tipo de frases con gancho y bromas bien escritas las que dan juego a estas películas. Así como una narración fragmentada que viaja alrededor de un montón de personajes obligándote a mantenerte despierto si no quieres caer en la confusión más absoluta.

Podemos achacarle que muchas de las gracias son demasiado previsibles, y que hay gran cantidad de tópicos (aunque no en todos los personajes) al igual que nos pasaba con Quemar después de leer, pero, a diferencia de ésta, la película cuenta con un ritmo envidiable, con un aspecto técnico sobresaliente, una música cojonuda, y una interpretación menos pasada de rosca.

No puedo dejar de alabar la labor de los editores, que saben hacer uso de un estilo de montaje del que deberían aprender mucho en otras producciones. En mi opinión, entretenimiento visual a toda máquina completamente acorde con el texto de la película.

He de decir que aún así, y seguramente por resultar una más en un estilo ya muy marcado, me ha parecido más floja que Snatch. Sobretodo por jugar a ser la primera de una supuesta trilogía, cosa que me repatea personalmente.

Y poco más que decir.

Ah, sí. No vayáis a verla sin antes haber visto alguna de las anteriores del mismo género si no queréis salir del cine quejándoos de cine de pajilleros quinceañeros.

Si hay que “entretenerse” me lo monto con Guy Ritchie.

jueves, 1 de enero de 2009

"No tenía dónde resguardarme del trueno". Mongol, Sergei Bodrov, 2007

A mi juicio es una de las mejores películas que se han podido ver durante 2008 (contando con que me puedo haber perdido alguna magistral).
Lo mejor: la fusión perfectamente armonizada entre épica, lírica y drama.
En en un análisis "normalizado" debería decir que lo "peor" se podía imaginar antes de pasar por la taquilla: el ritmo narrativo es, en algunos momentos, lento, como corresponde a una obra concebida para ser un espectáculo visual, desde las enseñanzas del cine soviético, ruso y oriental. Los amantes del cine de Tim Burton encontrarán la película muy aburrida. Como yo no me cuento en ese grupo, puedo decir que, incluso, a pesar de esa "carencia", a mi me atrapó desde el primer segundo y me dejó clavado en la butaca hasta las imágenes finales. No recuerdo película alguna en la que sea tan adecuado el protagonismo otorgado al paisaje, con elementos que serían más propios de la herencia del Sturm und Drang: "No tenía dónde resguardarme del trueno". La frase deviene síntesis argumental ideal para acotar la realidad histórica de Genghis Khan...
Por lo demás... Magníficas interpretaciones, buena ambientación histórica, montaje impecable dentro de la mejor tradición de los Estudios Mosfilms... Y, desde luego, una fotografía difícil de superar, en la que se dosifican casi todos los recursos imaginables. A destacar muy especialmente el uso de las focales largas, tan útiles para reforzar la dualidad entre figura y fondo, y los primerísimos planos, que nos hacen pensar en las vertientes expresivas de la tradición soviética.
Lo que menos me ha gustado: las concesiones a un público habituado a la violencia en las secuencias de batallas, con fórmulas comparables a las líneas más convencionales del cine de samuráis moderno... Es, probablemente, lo que más deleitará a los admiradores de Tim Burton y lo que a mi me impide hablar de "obra maestra".

El Hamlet de Juan Diego Botto

El pasado día 30 acudimos a ver el Hamlet en el Centro Dramático Nacional... Y de nuevo me maravillé con la fuerza de un texto capaz de aguantar cualquier "cosa"... Me reconozco vicioso de Hamlet; he leído la obra mil veces y he contemplado otras mil en teatro y cine; sobre todo, en cine.... He visto interpretaciones e "interpretaciones" discutibles, como la de Franco Zeffirelli (1990), protagonizada por el peor Mel Gibson. Aún disfruto recuperando periódicamente la versión de Sir Laurence Olivier (1948) y, por supuesto, la más actual de Kenneth Branagh (1996), que juzgo maravillosa.
Salí del Teatro María Guerrero recordando a Ernst Lubittsch, y preguntándome por qué a todos los actores mediocres y enfermos de narcisismo, se les antoja emular a Richard Burbage, aprovechándose de la obra más compleja e interesante de la dramaturgia universal. Debe ser porque ante esa complejidad los espectadores somos proclives a la benevolencia y porque la calidad del texto pervive por encima de los atropellos... Reconozco que al oír "Ser o no ser..." a mí también me entraron ganas de salir del patio de butacas siguiendo a Cupido... Y no lo hice porque, seguramente, mi respeto hacia quienes trabajaban allí es superior al que algunos de ellos tienen hacia los espectadores.
Naturalmente, no todo lo que sucede en el escenario es malo... La escenografía es pobre, pero (con mucha manga ancha) aceptable; también lo es la interpretación de algunos actores... Me gustaría destacar el trabajo de José Coronado, Marta Etura, Nieve de Medina... Tampoco está mal el vestuario y la iluminación... Los efectos especiales no me han gustado, sobre todo, los sonoros, a mi juicio, deplorables.


Y por fin, lo que ha encendido mi ira...
1. La interpretación de Juan Diego Botto. No puedo entender que se diga de él que es un buen actor. Tengo muy fresco su trabajo en El Greco y... mi juicio es muy diferente, radicalmente distinto.
2. Destruir el sentido trágico global de la obra con "morcillas" cómicas mediocres y mal resueltas. En el texto original existen "acotaciones cómicas" enjundiosas como las alusivas al esqueleto del bufón, que por "causas justificadas" fueron eliminadas en la representación que yo contemplé. Seguramente, estas "aparentes anomalías" (según mi capacidad perceptiva) surgen de que, según reza en el tríptico ofrecido a los espectadores, Juan Diego Botto entiende que la obra trata sobre "La familia y el poder"... Yo siempre había entendido que la obra trata sobre "La Venganza"... a manos de un personaje sumamente peculiar.
3. El criterio seguido para elegir unos textos y suprimir otros. Eliminar algunas partes puede romper la médula del "juego" propuesto por Shakespeare. En este caso ese peligro es obvio. No me gustó nada el comienzo, seguramente concebido en origen para situar al espectador en un ambiente de "realidad peculiar", dominada por el juicio sobrenatural, el universo que se esconde en lo más profundo del alma humana. En la versión de J.D. Botto prevalece la anécdota sobre la substancia y ese es el mejor camino para destruir a Shakespeare.

Para finalizar... Desde estas acotaciones marginales, que me sirven como desahogo, me permito ofrecer tres sugerencias públicas; dos al autor directo del atropello, Juan Diego Botto... La primera, que se olvide de la dirección teatral "seria" y busque otras formas de ganarse la vida, acaso en los teatros comerciales. La segunda, que también repudie la interpretación "de calidad". Y la tercera, al responsable del Centro Dramático Nacional, Gerardo Vera: si no encuentra a nadie más cualificado para hacer una versión de Hamlet, convierta el teatro en plató de televisión y alquíleselo a Mercedes Milá. Y si ello no encaja con los objetivos programáticos definidos desde el Ministerio, dedíquese usted también a otra cosa y deje de andar a la sopa boba... a cargo del contribuyente. Porque aunque a mucha gente le guste la obra (los asistentes aplaudimos a rabiar), una entidad de ese tipo no debería regirse por los criterios de audiencia que definen la programación de Tele 5.