Me consta que muchos buenos aficionados al cine consideran a Ridley Scott como uno de los cineastas fundamentales del tercer cuarto del siglo XX y de principios del XXI. Yo no tengo tan claro ese juicio, aunque pueda reconocer que algunas de sus películas son ejemplos de manual para observar cómo se puede utilizar "la cosa perceptiva" para crear tensión visual. Estoy pensando en Alien (1979), a mi juicio, una de las películas con mejor "gradiente tensional" (si se me permite el barbarismo) que conozco, después de las últimas de sir Alfred Hitchcock; estoy pensando también en Blade Runner (1982), a pesar, incluso, de su "laguna" en la parte central. En refuerzo de su alta valoración también realizó otra obra excepcional sobre la "condición femenina": Thelma y Louise (1991)...
Cuando vi Gladiator (2000), se disparó mi ingenuidad e imaginé que se intentaba medir con Mann y Kubrick... Reconocí la calidad de la batalla del comienzo, verdadero prodigio de ritmo narrativo. Por desgracia, a medida que pasaban los minutos mi juicio cambió radicalmente y al salir del cine ya me asaltaba la sospecha de si Ridley Scott no se había bajado los pantalones ante las exigencias de la "industria". Por desgracia, cuando realizó Hannibal (2001) y Black Haw derribado (2002) ya se había transformado en uno de los buques insignia de la industria del entretenimiento...
En esa línea, Red de mentiras (2008) es una película que ofrece concesiones descaradas y vergonzantes al giro dado por los acontecimientos políticos en USA. Si Black Hawk derribado estaba alineada con las directrices intervencionistas del presidente Bush, American Gangster y Red de mentiras son sumamente receptivas a la dirección de la veleta...
Red de mentiras es una película bien trabada y con ritmo vivo, de fotografía correcta, con buenos efectos especiales, situaciones violentas (y morbosas) bien dosificadas "in crescendo" , interpretación aceptable (desde lo que se puede valorar con la versión doblada)... Un buen producto de entretenimiento, en suma. Si analizamos el aspecto argumental... La exposición de lo que está sucediendo en Oriente Medio... me parece diseñada por los asesores de política exterior del futuro presidente Obama... Para encauzar la situación en Oriente Medio es necesario apoyar a los regímenes amigos, acabar con los terroristas y con la gestión nefasta aplicada hasta ahora en el aspecto militar. Y con un poco de suerte, cuando el señor Obama acabe su "reinado", los iraquíes se habrán convertido al cristianismo... o, mejor, aún, se habrán hecho todos pro-israelíes. ¡Fantasías animadas de ayer y hoy...!
Sintetizando, que es gerundio: buena película para los amantes de R. Scott y quienes babeen con Di Caprio; para los demás, una película en sintonía con lo que en Europa (incluyendo al Estado Vaticano) es políticamente correcto cuando hablamos sobre los problemas de Oriente Medio, es decir, una memez descafeinada, susceptible de ser interpretarse como propaganda política para quienes alimentan sus meninges (que no el cerebro) leyendo periódicos occidentales y cadenas de televisión convencionales. Me gustó más Syriana (S. Gaghan, 2005). que tampoco es cosa del otro mundo... Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, desde estas líneas me gustaría recomendar Objetivo mortal, de Richard Brooks (1981), que sin ser una obra maestra (es otro producto de entretenimiento) trata sobre los problemas de Oriente Medio en clave de comedia y da qué pensar...
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