Al día de hoy, existe un amplio grupo de directores de calidad acreditada, entre los que, según mi criterio, destacas unos pocos cuyas producciones determinan márgenes de calidad muy estrechos, Me encantó la supertaquillera American Beauty (1999); también me gustó Camino a la perdición (2002), con sus muy destacables connotaciones estéticas autocríticas. Frente al juicio de algunos, también me encantó Jarhead (2005), acaso una de las películas anti-bélicas más corrosivas que se han rodado jamás, contando, incluso, con los brillantes precedentes más señeros (Kubrick, de Palma, Stone, Peckinpah, etc.). Y llegamos a Revolucionay Road (2008), que fui a ver con ciertas prevenciones, condicionado por la coincidencia que suelo tener con los juicios de Vera... y esperanzado porque no quebrara una de mis apuestas cinematográficas más claras (cine como fórmula de expresión estética). En este caso, no sé si debo lamentarlo o alegrarme, pero lo cierto es que apenas puedo suscribir los juicios más obvios... Y me digo que es bueno no estar siempre de acuerdo con los amigos.
Suscribo que se trata de una obra muy "teatral", pero con matices positivos. En las líneas de cierto cine japonés (Ozu y sus seguidores), Mendes apuesta por una "forma" próxima a los modos dramáticos tradicionales, tanto por lo que se refiere al peso del texto como a la importancia de la interpretación, al diseño de los ambientes escenográficos, etc. El ritmo depende casi exclusivamente de lo que sucede "en el escenario", de lo que nos dicen los actores, sin que apreciemos ninguna "truculencia" de esas que son habituales en el cine destinado al entretenimiento de la "gente joven".
En consecuencia, para materializar el interés, "la imagen" adquiere una función relativamente secundaria que, sin embargo, es crucial para situar al espectador frente a la cuestión argumental más importante que, a mi no me parece que sea lo que más han destacado quienes la han juzgado. No creo que el objetivo de Mendes sea hablar de una "pareja americana", sino de recapitular sobre las preguntas formuladas desde el final de la Segunda Guerra Mundial, sobre la posibilidad de conciliar el "modo de vida americano" (que es el modo de vida liberal) con la naturaleza humana. Y su respuesta es infinitamente más radical y pesimista que la expresada por Arthur Penn en La jauría humana (1966), por Mike Nichols (1967), en El graduado o por Milos Forman, en Alguien voló sobre el nido del cuco (1975), por citar sólo los precedentes más conocidos y antiguos. Me ha hecho "gracia" la alusión expresa a la película de Forman en tono de humor negro, cuando el matemático habla de que los electro-shocks no resolvieron sus problemas emocionales, pero le anularon como matemático...
La película nos cuenta, con ficción de "pasado", varias situaciones, centradas por la pareja protagonista, que proporcionan invariablemente el mismo retrato psico-sociológico: bienestar basado en la propiedad y el consumo, apariencias impolutas, ordenadas, estéticamente magníficas, que ocultan situaciones patéticas, alienantes, en los límites de la degradación psicológica absoluta.
Mendes apenas deja un punto de agarre: la vieja cultura europea, el carácter mítico de París, que acaso no sea sino una referencia engendrada por la propia ingenuidad de una "cultura norteamericana" construida sobre el "engaño" de que todo ciudadano puede sentirse "especial" y desarrollar su personalidad sin que el sistema liberal le convierta en un "replicante" idiotizado (ejecutivos uniformados). El matemático "desequilibrado" (¿desequilibrado?) hará las veces de Ciutti en Don Juan Tenorio, describiendo lo que percibe con sencillez y brutalidad.
El desenlace... Sin adelantar nada, me limitaré a decir que el tercio final de la película me sugirió la llegada de una tormenta apocalíptica a "cámara lenta". Y en la traca final Mendes se introduce en nuestro cerebro con un punzón y lo mueve como haría un loco con un sonajero.
La fotografía es magnífica; la ambientación, muy buena; la interpretación, más que aceptable; la música, sumamente oportuna...
En suma, una película para recordar, que debemos ver sin involucrarnos personalmente demasiado... aunque nos toque los higadillos; por supuesto, no es apta para quienes van al cine a mover los fluidos corporales o para proyectar sus problemas íntimos. Tampoco es recomendable para quienes tengan tendencias depresivas...
Francamente, no creo que la película consiga demasiados premios de la Academia Norteamericana (me sorprendería lo contrario)... Es demasiado radical...
Ya, vale. Como tú y el liberalismo no tenéis nada que ver... te sientes absolutamente al margen de todo. Dichoso tú.
ResponderEliminarSolo por si acaso… te diré que yo salí encantada del cine. Eso sí, algo confusa por las idas y venidas (bronca va bronca viene) en un guión de unas dos horas de duración que, según tú, habla del liberalismo... y de la naturaleza humana. Vale, bien, pienso en American Beauty...
Yo tampoco creo que la peli hable sobre una "pareja americana" y sus problemas de pareja y sus crisis y sus miserias como matrimonio… ni de coña. Habla sobre EL MATRIMONIO AMERICANO y lo que éste supuso en la década de los 50 (en particular) para las clases medias - medias. Es algo que va mucho más allá de la parejita en cuestión y de los posibles problemas emocionales del que ve la peli.
Haz tú un esfuerzo y piensa en Y el mundo marcha, la peli de Vidor del 1925 que todo el mundo parece haber olvidado y es, a mi juicio, tan genial como para copiarla por enésima vez. A mí, me la recordó en todo momento... Quizás por eso me centré en el tema de los sueños e ideales pesimistas y de aire melancólico que tanto te molestan.
Permíteme decir que en tu crítica, se ven algunas frases dignas de doctorado en psicología:
“No creo que el objetivo de Mendes sea hablar de una "pareja americana", sino de recapitular sobre las preguntas formuladas desde el final de la Segunda Guerra Mundial, sobre la posibilidad de conciliar el "modo de vida americano" (que es el modo de vida liberal) con la naturaleza humana”.
Toma ya!!! Como si “otros” modos de vida de las sociedades “civilizadas y no civilizadas” tuvieran mucho que ver con la naturaleza humana. No sé, lo mismo la ablación tiene que ver con la naturaleza humana, o los x matrimonios que puede tener un musulmán (no una musulmana) o no querer que nazcan niñas en tu familia o…
No te digo que nuestro modelo no sea una mierda, que lo es, y lo sabes, porque te lo he dicho varias veces… Esto es una mierda y la publicidad y otras religiones varias nos tienen agilipollados y muy lejos de lo que nos pide el cuerpo… Pero yo iba más allá en mis comentarios sobre la peli (que no llegan, ni de coña, al nivel de crítica sino al de barrizal de palabras que es el nivel en el que yo me muevo como pez en el barrizal)… iba a los ideales… esos que tantísimo te molestan. A los sueños, la frustración, los deseos que no se cumplen… y la eterna sed.
Abstracción pura y dura. Nada de llevárselo a lo personal. Nada de proyecciones de problemas íntimos…
Por si acaso, sólo por si acaso… Que proyectar proyectamos todos.
Por cierto, hoy he escrito una continuación a la crítica. En la misma línea, por supuesto.
Todos vivimos en el seno de un sistema liberal... Yo también, y el que esté libre de contradicciones y deudas, que tire la primera piedra. Nadie está al margen, Vera.
ResponderEliminarSi saliste encantada del cine, la confrontación no es tan grave... Problemas de la pareja, problemas de la pareja americana.. pero siempre en un contexto de cierto nivel social. Si quieres que seamos precisos, deberíamos decir, como tú muy bien adviertes, "problemas de la pareja de clase media americana, en el contexto de expansión económica posterior a la Segunda Guerra Mundial". Y también estoy de acuerdo contigo en que la película plantea cuestiones que van más allá de los meros problemas emocionales... Resultará al final que estamos de acuerdo en el 90 % de las apreciaciones.
Pero, naturalmente, me centraré en los desacuerdos... Mencionas la peli de Vidor... preludio de El ladrón de bicicletas, con un fondo doctrinal tomado en ambos casos de la misma fuente (moral cristiana); creo que en ambas se empuja al espectador hacia la resignación: confórmate con tu suerte, acepta lo que te ofrece el "sistema" y disfruta del maravilloso ambiente familiar. Ya sabes que, con todas mis contradicciones (que son muchas), sólo me atraen unas pocas "ideas"; entre ellas, la de "utopía", como referencia, como estrella de orientación. No vivo en una sociedad islámica o de otra naturaleza y, por ello, me preocupan más "nuestros problemas" y mucho me temo que ahora mismo quienes participamos de la famosa globalización estamos siendo empujados en la dirección alienante que determina la película de Mendes. Y frente a la resignación, creo que la propia vitalidad determina acentuar los resortes críticos (la duda sistemática de Descartes), que han permitido a nuestra cultura salir de los pozos del fanatismo,
Lo de las proyecciones; todos nos proyectamos en los personajes de las películas y seguramente Mendes ha utilizado esa posibilidad para agitar nuestras conciencias "sin piedad", pero yo me refería (pretendía referirme) a que (siempre a mi juicio) debemos obviar esa proyección para entrar en el juego inductivo(de lo particular a lo general) y si lo hacemos, si damos la vuelta al calcetín, aparece una película muy diferente a la que tú describías y, según mi criterio, magnífica y demoledora. Y entiendo que esta circunstancia no es casual, porque Mendes propone piruetas comparables (metáforas complejas de corte comparable) en sus tres últimas películas. En Camino a la perdición con el asesino-fotógrafo, que pretende eternizar la agonía; en Jarhead, con el soldado que desea cumplir su función como asesino... Y francamente, no creo que Mendes estuviera reivindicando la capacidad de prolongar la agonía para quienes aluden a la violencia en el cine, o que estuviera "exigiendo" que se permita a los soldados matar para que no se vuelvan locos.
Sintetizando, que es gerundio: si entendemos la película de Mendes en clave deductiva es la historia de una pareja; en clave inductiva, es una crítica social radical. Y lo más curioso es que, a mi juicio, las dos interpretaciones con compatibles... ; )))
Tus comentarios me llevan directamente a la escena en la que ella sangra mirando a la ventana... Sería todo un acto revolucionario si el director, o el autor de la novela, no la mataran (a ella). De este modo tenemos más, una mártir. Tengo que volver a ver la peli de Tom Hanks porque, sinceramente, la ví en superautomático y en casa. La otra ni la he visto, así que no entiendo a qué te refieres. Pero bueno, puedo jugar a entrever algo más en el "aborto" de ella. No sé si vas por ahí.
ResponderEliminarYo lo que creo es que una peli tiene muchas lecturas, y podemos quedarnos con la que más nos interese. Finalmente, estamos hablando de objetos estéticos y la respuesta ante este tipo de objetos es muy personal (y emocional, por más que lo neguemos). Quiero decir que, aunque la película de Vidor pueda ser perfectamente leída como tú apuntas, es posible que alguien la vea y no se pare en eso, aunque lo sepa. Cada cual enfatiza donde quiere, y cada edad también es diferente para eso.
El hecho de descubrir esa peli con veintitantos y después de haber sufrido algún revés, no significa quedarse con la copla que indicas: “hay que acostumbrarse”, “confórmate”… Sino con el “descubrimiento” de la porquería que te han ido metiendo en el cerebro, sobre todo, el sistema educativo, social: “tú puedes hacer lo que quieras y tienes tantas oportunidades como los demás de llegar a ser alguien”, y si no lo consigues es porque eres un vago y no vales, o porque tienes mala suerte… Esto, es una lectura que yo he sacado siempre. Detesto los mensajes de “tú puedes”… Y una mierda. Primero te dicen “tu puedes” y luego te dicen “estoy es lo que hay, amigo”… De todas maneras, a las masas siempre hay que domarlas. Nuestra “doma” (no me lo negarás) es mucho más delicada y compleja y menos salvaje que otras. Si quieres adeptos fieles, doma.
Y estoy de acuerdo en una cosa. Vale, esto es así, pero al menos contestemos y veámoslo todo desde un punto de vista crítico.
Lo que dices de la peli de King Vidor es cierto. Pero lo dices de una forma que parece que hay que descartar de la película, otros valores que pueda tener. Además, insistes en el mensaje liberal, cristiano, como si fuera algo con posibilidad de evitar, cuando está hasta en el aire. No veo, desde hace mucho tiempo, diferencias relevantes entre el modo de vida en España y el de EEUU (digo relevantes, si profundizo hay enormes diferencias que, espero, sigamos teniendo). Pero, en definitiva, cada vez parecemos ir a peor en ignorancia. Hasta las corrientes intelectuales de izquierdas en USA tienden a cargarse cualquier “dogma” europeo (Kant, of course) afirmando que “nosotros, los europeos, tendemos a ver el mundo desde nuestro punto de vista” pero que fuera, hay diversidad, o sea postmodernidad, o sea deconstrucción, o sea… pifostio. El progreso no existe, es una entelequia. La naturaleza existe y el más fuerte (en cada circunstancia) sigue dando por saco. En nuestro caso, la pasta. Solamente existe la libre competencia y el yugo de la familia (hay que tenernos ordenados)… Pero bueno, me conformo con pensar que España es diferente y que cada uno, de forma individual puede adquirir grados de libertad.
April busca una promesa que, seguro, alguien le ha transmitido. O bien, está enferma (fui al cine con 3 mujeres más y dos de ellas pensaban que era una loca, deprimida y egoísta). Muy probablemente, tanto ella como su marido han perdido un horizonte que solamente se tiene durante la juventud… Como ves, tú lo explicas de una forma social. La sociedad americana es una mierda que hace a las personas desgraciadas. Y yo me centro en lo individual: ¿por qué soy desgraciado si los demás son felices? ¿qué necesito para ser feliz? Y esto no quiere decir que no tenga en cuenta lo que tú dices pero, finalmente, el problema es mío. No busco una respuesta o solución a mis problemas en la sociedad… No sé si me explico. No es tirar la toalla. Sé a lo que te refieres con lo del punto de vista crítico (me lo comentaste el otro día). Sé que hay que estar siempre alerta y no acomodarse. La verdad es que leyendo la crítica de Alejandro G. Calvo, terminas lleno de poesía y lírica y lamiéndote las heridas… Su artículo es una respuesta totalmente individualista, una visión pesimista del mundo y de la vida… No reclama nada a la sociedad.
Te encuentres donde te encuentres, está en tu mano tomarte las cosas lo mejor posible. Y esa responsabilidad me preocupa. La pareja de vecinos de April y Frank, se conforman. April no… ¿Te has preguntado por qué la mata el autor de la novela, o el director? Podría no haber muerto. De esta manera podríamos hablar de “ganar la revolución”. No quiero perdedores, ni muertos. ¿Por qué la mata?... ¿De verdad crees que es tan radical?
Volviendo a los sueños y esperanzas. No sé muy bien quién tiene la culpa, si nuestra naturaleza o el sistema. En Occidente llevamos mal la muerte y el camino. Como si existiera una descompensación. Supongo que en otros modelos sociales en los que una niña de 14 años queda embarazada de cualquiera, no hay lugar a dudas sobre el papel de cada cual. El problema es esta sociedad nuestra, enorme, llena de mass media y de promesas de diferencia. El problema, como te he dicho mil veces y sigo pensando, es la publicidad… Pero es un motor, como lo era el monolito que se le pone enfrente al mono de 2001 (la novela) y le muestra una familia gorda... satisfecha, feliz. Motor de progreso. Pero bueno, puedo seguir y no parar, así que lo dejo aquí.
Da gusto discutir contigo, Vera. Lo de las múltiples lecturas... Estoy de acuerdo; cuanto mejor es la película, mayor cantidad de lecturas permite y, por consiguiente, se amplían las posibilidades de valoración personal, de asociaciones personales, de juicios personales... Claro que existen muchas posibles lecturas, precisamente, porque como objeto estético (Mendes lo tiene clarísimo), las posibilidades anteriores crecen exponencialmente.
ResponderEliminar¿Acto revolucionario? Creo que no he hablando de "acto revolucionario", sino de mostrar una imagen alienante (contra-natura) de esa forma de vivir. Y con ello no quiero decir que todos estemos obligados a estar alienados... Al interpretar la película como un "paradigma inductivo", me quedo en el terreno del análisis abstracto e interpreto la situación que tú mencionas en clave de "culminación dramática". La mujer toma una decisión y las consecuencias son, como en la tragedia, desastrosos. Hamlet decide hacerse el loco y Ofelia toma el mismo camino. Ofelia podría haber hecho mil cosas diferentes, pero la decisión dramática amplifica el carácter trágico de la decisión de Hamlet... Esa es "mi interpretación", que no ha de ser la única posible... Y no seguiré por no destripar la película a quienes no la hayan visto aún...
Sobre Vidor... Tengo la sensación de que es un director profundamente reaccionario... al menos esa es la idea que me han proporcionado las películas suyas que he visto y, en especial la que tú mencionas, Una encuesta llamada milagro y El manantial, que en ciertos ambientes que ambos conocemos se usa como referencia muy "progresista" de la actitud creativa de un genio... Yo no puedo olvidar que Wright se creía Dios...
Es obvio que la tradición cristiana está en el ambiente, pero ten en cuenta que el propio cristianismo es una "evolución casi natural" de la cultura helenística (humanista y pagana) y que, a su vez, la misma línea desembocó en el "pensamiento científico" (o laico) propio del siglo XIX y del XX, que consagra el famoso certificado de Nietzsche (Dios ha muerto).
Y no estoy de acuerdo en que las otras parejas sean conformistas. Tanto los vecinos como los padres del matemático están caracterizados de modo muy negativo... En la presentación de los amigos aparecen matices muy explícitos y el plano del sonotone es, en ese sentido, de lo más caústico que he visto en mucho tiempo; de una mala leche que me hizo pensar en un Buñuel... que hubiera estudiado en Cambridge.
Si, pero no hacen nada para cambiar las cosas, o no necesitan hacerlo. A eso me refiero con conformistas.
ResponderEliminarEn fin. Ahora que lo pienso, yo si que he destripado la película...
habéis desnudado la película en sendos blogs y comentarios... creo que disfrutaré viéndola teniendo vuestras impresiones guardadas en mi memoria
ResponderEliminarsalut!
Vista.
ResponderEliminarCompletamente desgarradora, tira del instentino grueso y te va sacando las tripas a cada minuto de metraje.
La traca final...
Es curioso, leyendo vuestra discusión recordaba cada minuto de película, porque habla de tantas cosas diciendo tan pocas... creo que ambos habéis hecho una disección acertada. Siendo una más particular y objetiva y la otra más general y subjetiva.
Ah! La música es el único punto donde las "fórmulas de producción" están excesivamente claras, por lo demás chapó.
Me ha encantado que dejen a los niños suficientemente al margen de la situación general, si no habría sido excesivamente patética.
El "loco", genial.
Lo mejor o peor, según se mire, es como va retándote a que no te involucres, a que consigas posicionarte en un lugar aventajado respecto a lo que ves... hasta que no puedes más y caes dentro. Y te hace polvo.
Definitivamente suscribo lo siguiente:
"no es apta para quienes van al cine a mover los fluidos corporales o para proyectar sus problemas íntimos. Tampoco es recomendable para quienes tengan tendencias depresivas..."
Especialmente lo segundo.
Mendes sigue avanzando...
Como estamos en tiempo de calificacione y si me permitís la petulancia...
ResponderEliminarAmerican Beayty SB
Camino a la perdición NT-SB
Jarhead NT-SB
Revolutionary Road SB-MH
¿Estáis de acuerdo?
En mi caso bajaría un poco American Beauty.
ResponderEliminarSobre Jarhead no opino que aún no la he visto...
Por lo demás, nada que objetar.
Ah y una cosa más, verla en pareja puede dar mucho que hablar después del cine...
Yo os aconsejo que consigáis (yo me la he comprado) la primera temporada de Mad Men... Y ya me contaréis.
ResponderEliminarEn principio es una serie que trata sobre la publicidad, en particular sobre la vida de un creativo publicitario en los ños 60 (principios o finales de los 50).
Impresionante, el espectáculo familiar y social. Las mujeres, en un estado semejante al de April, pero sin cerebro (al menos, aparentemente), como las de THE STEPFORD WIVES... O con algo más... Son amas de casa que lo tienen todo, hasta la ayuda del psicólogo para poder seguir adelante.
Es increíble lo que me han recordado los 3 primeros capítulos al "asunto" de Revolutionary Road.
Yo no voto, que una no la he visto. De las otras tres me quedo con Revolutionary Road, American Beauty, Camino de perdición. Por este orden y con mucho espacio entre las dos últimas.