Francamente, no sé cómo enfocar el asunto... ¿Fluir de ideas? ¿Influencias? ¿Inspiración? Uno de los edificios más característicos y emblemáticos de la pasada EXPO de Zaragoza, la Torre del Agua, obra de Enrique de Teresa (imágenes inferiores), guarda un gran “parecido” con una de las “edificaciones” que podemos ver en Yo, Robot (2004) de Alex Proyas (imágenes superiores); concretamente, se trata de la sede de la empresa fabricante de robots, la United States Robotics (USR). Y lo más curioso es que el paralelismo no se limita al aspecto exterior, sino que, incluso, también se aprecia en el interior, de concepción sumamente peculiar, puesto que tanto en la película como en la obra de Zaragoza existe un espacio diáfano destinado a contener una escultura monumental: la de un robot, en la película y la de la “forma acuosa” de Pere Gifre, en la Torre del Agua.
Las diferencias entre ambas “edificaciones”, que son más sensibles en el interior, derivan de las peculiares servidumbres de ambas. La de la película contiene las oficinas de la USR, mientras que la Torre del Agua es una edificación prácticamente hueca, concebida a para que los visitantes peregrinen por las dos rampas helicoidales que recorren las fachadas y en la que apenas existen unos pocos metros cuadrados de espacio convencional utilizable para áreas de servicio, aseos y salas de exposiciones.
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