El Cine como forma expresiva y estética

lunes, 26 de septiembre de 2011

El árbol de la vida

T. Malick es un director que ha acreditado una trayectoria, cuando menos, interesante, muy interesante, con un punto álgido: La delgada línea roja.  El árbol de la vida se ha presentado como una obra de elevadas pretensiones, que ciertos sectores —especialmente, europeos— se han apresurado a valorar muy positivamente... Tras verla me he acordado de W. Allen por varias cuestiones. La primera, porque, de nuevo, me ha venido a la cabeza la crítica al esnobismo europeo de Un final made in Hollywood (2002); pero también porque el diseño argumental, anunciado mediante la cita inicial (Job, 38),  me ha proyectado contra una frase lapidaria del director norteamericano:  "Si Dios existe, espero que tenga una buena excusa".
A pesar de los paralelos evidentes con 2001, son más consistentes las diferencias que las similitudes:

  • 2001 es una película sin argumento; El árbol de la vida ofrece un argumento perfectamente conformado, que apenas permite al espectador matizar el "mensaje" en términos subjetivos derivados de las situaciones no explícitas (ambiguas) vividas por los personajes
  • 2001 describe una sucesión de "hechos"  concretos, descritos en claves objetivas. El árbol de la vida conjuga y contrapone en montaje paralelo una parte objetiva con otra subjetiva: lo que ha sucedido o sucede en el mundo natural con lo que "sucede" en la mente del protagonista o en la de Malick.
  • 2001 se centró en un asunto de actualidad en los momentos de su estreno; la película de Malick atiende a un asunto que sólo es actual cuando aparecen, por lo general en USA, las periódicas reacciones creacionistas...  


El comienzo, acotado por el enfrentamiento entre naturaleza y religiosidad, es muy brillante, combinando música e imágenes y ofrece al público una disertación poética  de esas que acreditan las posibilidades estéticas del cine por la vertiente formal. A pesar el arranque brillante, polarizado en torno a la muerte "de un hijo", enseguida se manifiestan los problemas de ritmo específicos de esta modalidad cinematográfica. Cuando una persona acude al cine con la expectativa de que le cuenten una historia, se desconcierta si se detiene el proceso narrativo.
Paradójicamente, la debilidad en el ritmo narrativo se hace particularmente sensible en las secuencias dedicadas a la descripción del universo familiar y de los roles masculino y femenino. En ellas Malick explota, a mi juicio, demasiado las posibilidades de las tomas de indicación no explícita, asumiendo un riesgo obvio: las interpretaciones "equivocadas". Han menudeado las críticas o sinopsis que enfatizan en exceso las circunstancias particulares de la historia, marginando la voluntad manifiesta de Malick por ofrecer "categorías".
Supongo que la insistencia en la psicología del protagonista tiene mucha relación con La infancia de Ivan y con la contención de Tarkovsky para tratar la sexualidad: creo que en ello, en enfatizar el rol reproductor de la mujer, está una de las coincidencias más obvias entre el ruso y el director americano.
No me ha gustado la reiteración en las tomas "cámara en mano", en ocasiones, demasiado forzadas, y el énfasis en destacar la "presencia energética", mediante contraluces que componen uno de los repertorios más variados de reflejos parásitos de la historia del cine.
Lo más "divertido" para un aficionado al cine son las referencias cinematográficas, que acaso haya percibido en exceso. Entre las de Kubrick, me ha hecho especial gracia la contraposición meteorito-monolito y las roturas del continuo espacio-tiempo que, sin embargo, también pueden interpretarse como alusiones a Tarkovsky, sobre todo, cuando se inclinan hacia la levitación (El espejo). Me ha hecho sonreír la alusión a los mecanismos de selección natural en el universo de los dinosaurios, con gesto de agresividad atemperada repetido en la relación del padre con el hijo. Para describir una situación comparable —fusión entre herramienta y arma— Kubrick optó por una fórmula mucho más contundente que, a su vez, sirvió de preámbulo a la elipsis más célebre de la historia del cine y para caracterizar una situación "animal" en La naranja mecánica. No creo que la caída del meteorito en la película de Malick pase a la Historia del cine...
A lo mejor me he "pasado" queriendo ver alusiones a Spielberg (IA y El imperio del sol) y de Antonioni...
Entre lo más negativo: me ha parecido detectar algunas anomalías en el montaje...
El "desenlace" —si se puede emplear ese término— me ha recordado el de Ocho y medio, de Fellini, pero en tono trascendente, afín a ciertas secuencias de Tarkovsky (en Solaris y Nostalgia, por ejemplo); esa proximidad induce un planteamiento argumental que no sé si encajará bien con las pretensiones de Malick, teniendo en cuenta su producción anterior.

5 comentarios:

  1. Curioso. Me ha gustado mucho El Árbol de la Vida, pero estoy de acuerdo en todos los puntos que expones. En TODOS.

    Se te olvida comentar lo interesante que resulta a nivel cultural que una película "contemplativa" com esta esté en lo más alto de la taquilla española.
    Que todos sabemos por qué es, pero a mí me alegra bastante.

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  2. No puedo replicarte sin entrar en asuntos más específicos de la película. Y ya sabes cómo es mi "política" en la crítica de películas "en cartel": no entrar "a saco" en "la historia". En ese sentido, también me he dejado en la recámara muchas consideraciones importantes y, por supuesto, la presumible alusión a Matthew Barney: lo específicamente masculino (cremáster), edificios verticales, "el arquitecto"... Mis queridos colegas de la "onda estelar", alcanzarán el éxtasis orgiástico con esta película. que será etiquetada como paradigma de "transmodernidad" o de ultra-posmodernidad emergente. Se adivinan tiempos divertidos.
    Lo del éxito de público en España... Ya lo discutiremos "en directo".

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  3. Hay gente que ya no va a tus clases pero que sigue el blog. No nos dejes así!!!

    El caso es que viendo la película me acordé de Tarkovsky, claro que eso me pasa todo el rato, ya que soy un fan acerrimo. A mi en general me pareció bien estructurada y me choca haber leído tantas criticas negativas en lo que respecta al montaje. Tampoco entiendo a la gente que se queja de la historia. Pienso que la película transmite sensaciones constantemente (el principio me hizo estar en tensión durante un buen rato) y por eso mismo ya te está contando algo. Si es verdad que llegado a un punto se hace algo pretenciosa, pero claro, es lo que tiene meterse a hablar sobre estos temas.

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  4. Esta bella película trata sobre el sentido de la vida, de cosas tan diferentes como los orígenes del mundo y el paso de un niño de la infancia a la madurez. Jack cebe aprender dos formas de afrontar el mundo, por un lado tiene el amor y la delicada gracia que le brinda su madre mientras que su padre le enseña la severidad, y lo duro que es enfrentarse al mundo. El cambio comienza cuando se encuentra con el sufrimiento y la enfermedad de su hermano pequeño y se empieza a cuestionar todo lo que ocurre en el mundo hasta entonces tan bello.
    ¿Naturaleza o espiritualidad? Pregunta la película. En ella se fundan ambas de una forma magistral. Combina lo cósmico en imágenes espectaculares de la naturaleza y el mundo en su creación así como lo personal e íntimo que ocurre dentro de una familia americana de los años 50. Una historia perfectamente narrada, que nos llega a través de la sutileza, la gran belleza de su fotografía, de los diálogos y de la música, formando un todo que te hace reflexionar, no te deja indiferente. Es una historia muy sencilla pero nada simple.
    Además creo que se enfrenta a una forma de hacer cine diferente a lo que se encuentra ahora. Convierte una historia en algo más gracias a la manera de contarla.

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  5. Una película inolvidable!!! Esencial y también imperfecta: como la vida misma....

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