A mí me ha parecido una interesante película de cazadores, en la que a Javier Bardem acaso le hayan dado el papel de su vida, un siniestro personaje adornado de peculiares valores morales y aún más peculiar concepto de la existencia, concediendo un margen importante a la aleatoriedad, a laFortuna, casi en sentido homérico. Y no sé si ello será bueno o malo para sus intereses como actor, porque acaso se vea encasillado en una iconografía comparable a la de Boris Karloff. ¿Actor de reparto? En una película "coral", es difícil hablar de un protagonista. Tommy Lee Jones corre con la interpretación de un personaje sobre el que se apoya decivamente la idea argumental, pero aparece durante pocos minutos en la pantalla.

A Bardem le proporcionaron el papel más espectacular y vistoso. El ritmo de la película está construido apoyándose en su capacidad para generar inquietud, gracias a unos atributos perfectamente calculados: la mirada, fria, la dicción gutural, las inflexiones irregulares... y, sobre todo, el peinado; el peinado podría pasar a la historia del maquillaje junto con el sombrero y la pestaña postiza de Alex ("La naranja mecánica") como otra fórmula magistral para materializar la depravación absoluta.
Buen ritmo narrativo, aceptable fotografía, buen montaje. Lo mejor: los "toques" de humor negro. El guión... Tiene momentos magníficos junto con otros ultra-reiterativos; el tratamiento de la violencia es irregular... No tiene los "baches" de aquella de Orson Welles, pero, francamente, no, no creo que esté a la altura de "El hombre que nunca estuvo allí" o de "Fargo", pero acaso sirva para acreditar "la vuelta al buen camino" de unos realizadores que definen una de las líneas creativas más interesantes del cine norteamericano.