El Cine como forma expresiva y estética

miércoles, 9 de diciembre de 2009

2012

Por Juan Pablo Perucho Alcalde


Con sonrisa de sorna me dirijo al cine a ver una película siendo consciente de que se trata de uno de los ejemplos actuales y más relevantes en lo que a cine como consumo de masas se refiere, de entretenimiento. Al entrar en esta película nadie espera grandes personajes, ni un desarrollo argumental ni personal relevante, en ese sentido es igual que una película porno, todo el mundo sabe lo que va a pasar.
A grandes rasgos, se podría decir que es todo lo que se espera de ella, efectos especiales impresionantes, una estructura descaradamente esquemática, diálogos absurdos, personajes innecesarios, y cierto intento de humor negro que no termina de cuajar
La película tarda mucho tiempo en arrancar, los primeros veinte minutos son interminables, a partir de ahí se inicia la estructura milimétrica, en forma de dientes de sierra, perfectamente estudiada intercalando escenas alucinantes con otras de diálogos, caracterizados por su simplicidad y banalidad argumental, que hacen rechinar los oídos de cualquiera que sepa articular un par de frases seguidas.
En cuanto a los personajes, se trata de un filón para analizar el ridículo y el absurdo hecho personaje, más que de personajes se trata, de caricaturas, clichés de familias rotas, ex-maridos, e incluso un simpático "duendecillo" del bosque que predice el fin de los días antes que la propia NASA ayudado de toda clase de estupefacientes.

El metraje es sorprendentemente largo para una película de este tipo (puramente comercial así que con 90 minutos pensé que nos iban a despachar). Si hubieran eliminado todas las escenas de los personajes hubiera pasado mejor rato sin duda. Sus 2´30 horas hacen pensar que una hora de sentimentalismos y drama social directamente se lo podían haber ahorrado y además hubieran mejorado el ritmo general de la cinta.
Es necesario abordar el tema social teniendo en cuenta el argumento en cuestión, pero está mal desarrollado precisamente por tener un reparto de personajes coral, ya que se deja llevar por estupideces de algunos de ellos. Transcurridas dos horas, el ritmo baja llegando a aburrir pues la segunda mitad de la película deja a un lado los efectos especiales, trata de mantener el interés sin conseguirlo añadiendo escenas de peligro para el coro "protagonista", momento en el cual el espectador empieza a incomodarse en la butaca y a pensar en dónde ha aparcado el coche.
La fotografía es una maravilla sobre todo cuando llegan las consabidas catástrofes. El resto pasa totalmente desapercibido, llega a defraudar en contadas ocasiones como escenas de acción, que se suelen rodar plagadas de cámaras por todos lados, se aprecian imágenes de cámaras de calidad dudosa sobretodo en el último tercio de la cinta intercaladas con otras de muy buena calidad. Llama la atención aunque en mi opinión es un mal menor.
Creo importante resaltar la figura del director Roland Emmerich como más papista que el papa, parece más "yankee" que Abraham Lincoln, siendo europeo.
Ha firmado cintas como Independence Day, Godzilla, Stargate, El Patriota, "The day after tomorrow", todas ellas con ciertos calcos argumentales que dan una idea de la generosa imaginación de este director y co-guinista. Películas en las que catástrofes acaban o ponen en peligro la población global o exclusivamente norteamericana (extraterrestres, monstruos venidos de Asia, catástrofes ambientales y ahora predicciones apocalípticas). En general para Emmerich, el director, los personajes son lo de menos, películas en donde los protagonistas nunca son ni serán mujeres, que hasta el fin del mundo serán relegadas a lo casero y hogareño, además de meros "objetos" ya que son todas preciosas, mientras son los vaqueros los que tratan de arreglar la situación.

Para hombres hay dos tipos de papeles, protagonista, o el que morirá ayudando al protagonista a salvar al "rebaño" de mujeres. Todas estas muertes, necesarias para el desarrollo dramático de la historia y empatizar con el púbico, haciendo que el reparto de actores sea únicamente justificado para que se vayan muriendo de vez en cuando. Y que todo esfuerzo o abuso de violencia por parte del protagonista sea justificado.
Son alucinantes los repartos corales que facilitan la tarea a los guionistas e insultan la inteligencia del público, lo cual queda patente con el sorprendente e innecesario protagonismo del presidente americano en sus películas (o de la figura paternal férrea y con un gran corazón como en El Patriota). Y para rematar las catástrofes pasan siempre en Estados Unidos, en los Ángeles o Nueva York ombligos del Universo, lo cual es importante porque una vez destruidos ya se puede empezar a destruir el resto del mundo.
En mi humilde opinión se trata una película para pasar el rato, entretiene y mucho, aunque da la impresión de haber sido realizada por un elenco de especialistas de diversos campos que debían tener prohibido la comunicación entre sí. Animadores, diseñadores de efectos especiales, y guionistas (aunque creo que eran un poco “vaguetes”) trabajando a la vez, que no juntos para hacer una película para Ronald Emmerich como director de orquesta y dejando claro que no domina ninguno de los departamentos, sino que hace las veces de director de orquesta sordo y/o ciego.

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