El Cine como forma expresiva y estética

jueves, 2 de junio de 2011

Medio artístico, film, cine e industrias de la subjetividad


Por Miguel Ángel Rego

Tras la explosión del medio fílmico en el medio artístico, con artistas como Nam June Paik, Andy Warhol o Bruce Nauman, el mundo del cine se ve influido sobre todo por directores con gran interés intelectual. Estar al tanto de lo que pasa dentro del mundo del arte no es solo una estrategia acertada (tal y como hace la publicidad) sino una muestra de pensamiento individual coherente con la producción dentro del mundo del cine. No solo por el carácter que toma el cine en sus inicios (en clave artística) sino por el hecho de que, actualmente se ha de orientar la producción a la generación de experiencias; a la generación de afectos, perceptos y conceptos.
Un ejemplo es 2001: Una Odisea Del Espacio de Stanley Kubrick. Película fechada en 1968 y plenamente influenciada por las corrientes artísticas de la época. Aunque por esos años se vislumbre la frontera del modernismo con el posmodernismo, la influencia de ese arte emocional, elitista, en el cual se busca la singularidad del artista, se hace patente en dicha película. Y pasa así con demás películas de ciencia ficción de la época, las cuales a lo mejor no hacen referencia directa al video-arte, pero toman nota de esta película en cuanto a esa percepción novedosa que implica la introduccción de dicho factor.  
Entrando en el terreno de las industrias de la subjetividad, las cuales utilizan las estrategias claras de construcción de individualidades en base a afectos, llevan gran camino adelantado al de los artistas contemporáneos. Ese medio fílmico es aprovechado por estas fábricas de identidad para vendernos no sus productos, sino sus marcas. Poniendo un ejemplo, Coca-Cola o Iberia gastan cantidades exhorbitadas para sus campañas de propaganda audiovisual. Estas dos multinacionales no hacen mas que deleitarnos con “cuentos” en clave afectiva. Y no es solo en la conjugación de sus estrategias, sino que al alcance de los espectadores, estas industrias llegan a la masa como no lo hacen los artistas contemporaneos. Por poner un ejemplo, Alfredo Jaar nos muestra su excelente instalación, donde se aloja una pieza audiovisual, “The Sound of the Silence”, en el espacio galerístico Olivia Arauna. Espacio con una afluencia muy minoritaria y repercusión por tanto, tambien pobre.


Este debate podría llegar a su fin, precisamente por la era virtual en la cual nos adentramos. La red nos permite llegar a destinos insospechados anteriormente. Es así que los artistas actuales exploten este campo para poder poner en marcha sus propuestas. La imagen electrónica, y el film dentro de la red se hacen fuertes en canales como vimeo o las televisiones.net. A mi entender se comienza a hablar de un comunismo intelectual.
Volviendo al cine, por tanto, al combinar elementos artísticos contemporáneos y esa recepción bastante mas ámplia por parte del espectador, se conjugan dichos elementos para establecer lo que llamo, la ruptura con lo político. Tal es así, que todos los regímenes totalitarios y, actualmente los “democráticos” hayan utilizado el cine como arma del poder, a través de su apropiación. No solo ha ocurrido con el cine; los medios de comunicación en su día comenzaron como un elemento que rompía con lo establecido, aportando la información al pueblo, y hoy día se han vuelto un arma mas del poder. Poder que apropia con descaro, llevándose todas las buenas propuestas, dentro de estas, las artísticas.  
El cine mostrado a través de las doctrinas de la escuela de Frankfurt o las películas de Fritz Lang son un ejemplo de lo que hablo. En el primer caso, siempre habrá directores de cine que perpetuen el disenso político para ofrecernos micronarrativas cercanas al mundo de los afectos, con el propósito de generarnos un discurso propio y un espacio para la apertura a otros puntos de vista. En el segundo, como ya sabemos, y mas aun a estas alturas; el poder reconfigura los medios para sus intereses, para amoldar el pensamiento de esa mayoría silenciosa.
Cine, film y video-arte, tres conceptos llenos de vida, los cuales entran a formar parte de la era virtual y por tanto, reconfiguran su campo de actuación, su cometido y su influencia en los espectadores. Veremos con el paso del tiempo como el poder puede frenar el acoso virtual. 

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