El Cine como forma expresiva y estética

jueves, 2 de junio de 2011

ONIBABA

Por Rosana Arroyo Perera

ONIBABA, 1964
Director: Kaneto Shindo. Guión: Kaneto Shindo.
Musica: Hikaru Hayashi. Fotografia: Kiyomi Kuroda.

Ante todo Onibaba es una historia bien contada, donde la sobria expresividad fotográfica, la puesta en escena, la iluminación contrastada y el fuerte carácter del Blanco y Negro, apoyan,  para darle la potencia y contundencia que irradia la obra.
Comienza casi como un documental, una voz en off  nos resume el tema de la película, “sobre lo primitivo que se encuentra bajo la civilización”, aparece la estatua de una mujer guerrera. Fijada en la Edad Media, es una obra atemporal, sobre las partes oscuras del alma humana.
En una situación de guerra y miseria, los instintos básicos afloran, el ansia, la comida se devora, el sexo es la única y desenfrenada salida, para conectarse con la Vida, una compensación constante, vida-muerte…
Se la clasifica como cine de terror, pero yo hablaría de Onibaba como una película Neorrealista, donde se habla de las condiciones infrahumanas a las que esta sometida la población en periodos de guerra, y además miedo no da.



Trata de la intrahistoria de la guerra, como dos mujeres, solas sobreviven a escondidas en un pantano, matando samuráis y cambiando sus objetos por un saquito de mijo.
Y como al morir el hijo y esposo, la madre queda en un estado de vulnerabilidad ante el posible abandono de la nuera, imprescindible para su supervivencia, ya que esta encuentra otra nueva oportunidad. La mujer mayor no se detiene ante nada, con tal de conseguir que los amantes dejen de verse.
Y todo esto contado desde el ansia… el ansia compensatoria…
Y como entra en juego la mascara, que no es otra cosa que la representación del demonio que todos llevamos dentro.
Carácter onírico, desenlace sobrenatural.

AGUJERO OSCURO, PROFUNDO
“Es como si la Tierra se hubiese vuelto del revés”.
Un agujero que se abre en las entrañas de la Tierra, en principio lo asocie con la vagina del planeta, pero una vagina que engulle hacia la muerte, en vez de una vagina que da a luz la Vida.
Relación entre vagina y muerte, perdida del yo.
Todo esta del revés en situaciones limite…
Este es un agujero engullidor, un túnel al mas allá, que conecta con la muerte que nos iguala a todos, los samuráis desnudos ya dejan de ser, en un abundante osario, las clases no existen.
Ella, la mujer mayor, es capaz de bajar y volver a subir, no se detiene ante nada, desde el desamparo, tras perder a su hijo y la amenaza latente del abandono de su nuera, en una situación donde ser dos es básico para la supervivencia.
Miedo primigenio…
baja a por la mascara maldita…
baja a conectarse con su demonio interior…
el miedo desesperado la empuja…
Agujero negro y oscuro, Tachi dos veces a punto de caer, grita, pide una mujer, como si de un pozo de los deseos se tratase, y el poder amplificador del mágico agujero, la comunicación en el plano subconsciente, hace que ella empiece a considerarlo.
Otro agujero significativo de miserias es el de la cueva de Ushi, sitio de intercambios oscuros, donde se negocia con la muerte y el sexo a cambio de un poco de comida y donde se expone como una mercancía mas, el cuerpo de una mujer desnuda, en la zona de los víveres, con los que se paga lo robado a los muertos. También es un agujero que habla de la oscuridad de la naturaleza humana y de la normalidad que esta adquiere en determinadas situaciones.
Y por ultimo y para cerrar la historia, ambas mujeres saltan el agujero, mientras nuestra ya Onibaba grita reivindicando
¡Soy un ser humano! ¡Soy un ser humano¡
para mi un conmovedor final….

   
AGENTES NATURALES, FUERZAS DE LA NATURALEZA
“Las imágenes poderosas actúan como metáfora de las pulsiones de los personajes”…
…la mujer mayor abrazada al árbol seco sin vida, muerta en el aspecto amoroso, sexual-vital, fecundación-vida.
…agujeros en la Tierra que abren lo mas profundo del ser humano, conectándole con los infiernos.
…agujero como vagina planetaria.
…sombras y luces contrastadas en exceso, naturaleza dual.
…horizontes altos, espacios ahogados.
…carrizo denso, tupido, impide ver las cosas con suficiente distancia, todo lo observas desde dentro.
…gorgojeo de las palomas en celo.
…la mascara maldita que se apodera del personaje.
…tormenta previa al desenlace, las fuerzas de la naturaleza,
siempre por encima de los humanos.
…el carrizo movido por el viento.
…rodeados de agua, las emociones.
…abrazados por las fuerzas de la naturaleza.
…vuelve el hombre desde la otra orilla, atravesando las aguas.
…los kimonos de ellas también nos hablan:
   la joven con un abanico desplegado, alegre,  abierta a la
vida.
   la mujer mayor con un cangrejo, duro por fuera y blando por dentro, con buenas defensas y camina hacia atrás.        

LENGUAJE CINEMATOGRÁFICO
Casi toda la película se gesta con un horizonte alto, todo ocurre sobre la tierra y bajo ella, todo ocurre a escondidas, hay una amenaza oculta en los pantanosos campos de carrizo. Los planos en picado hacen que resalte la densidad vegetal, donde las personas se pierden, absorbidas, en el tumulto del bello de la Tierra. Los personajes se mimetizan como parte de la naturaleza
La cámara a veces sobre el suelo, planos forzados, escorzos cargados de significado, como la imagen en la que la madre va a ofrecerse a Tachi, el durmiendo la siesta y ella, solo sus piernas, fuertes y desnudas, con un kimono corto y la cabeza de el en un primer plano, el cuerpo en fuga, el ofrecimiento esta implícito, la composición inquieta y a la vez reseña la exposición vulnerable del ofrecimiento.
También cuando duermen las mujeres en la cabaña, la cámara sube y se para en el cuerpo de la joven boca arriba,
justo en la entrepierna, lo demás en escorzo, señalando que es lo importante en primer termino, donde esta la fuerza que la despierta, una vez mas la elegancia del cine japonés, y su sutileza erótica, sin caer en detalles evidentes no necesarios a juzgar por las sensaciones conseguidas.
Erotismo inducido, ella corre con la melena suelta, con la cara llena de gozo, sin aliento, gorgojeo de palomas en celo, el roce de su cuerpo contra el carrizo a velocidad…


El eco de las risas, el vuelo de los pajaros ahuyentados mientras corren desnudos, inducen a la sensación de plenitud y felicidad del momento.
No se necesita mas…
Elipsis constantes del cine japonés en las escenas de contenido erótico.
Hay que resaltar aquí, los registros de sonidos perfectos, el uso casi abstracto del silencio, mucho mas expresivo a veces que cualquier música, la maestría en lo auditivo para provocar sensaciones.
Juega con los planos picados y contrapicados alternándolos, como cuando desnudan a los cadáveres.
La iluminación es portentosa, cuerpos, rasgos y lugares,
es una herramienta bien utilizada, creando una fotografía repleta de claroscuros, imágenes escondidas entre las sombras, tonalidades oscuras que crean desasosiego y angustia.
Focos de luz localizados en la oscuridad, contorneados en circulo, sin la mas mínima preocupación por lo antinatural, focalizando la mascara Kabuki en el carrizal como si de un escenario teatral se tratara. Acentuando los gestos en el interior de la cabaña, en la noche, dándole el protagonismo expresivo a cada mirada.
A la luz del día, contrastes de un sol a plomo, inquietan la mirada, no hay suavidad, salvo si aparece el agua o el cielo, todo lo demás esta marcado por las sombras. 
“en cierta medida una belleza plástica que recuerda al cine expresionista europeo”.
Me gusta sobretodo la distancia en la que se posiciona Shindo, mostrando, y cuidándose de no juzgar…también muy japonés.

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