Por Tais Carballes Balsa
La película “Cidade de Deus” (Ciudad de Dios) de Fernando de Meirelles (año 2002), presenta una mezcla de violencia, pobreza, ignorancia y tropicalismo que amenaza con mostrarnos una historia demasiado dura. Comprendida desde la década de los 60 hasta los 80, y de forma excepcional e innovadora, el talento visual está al servicio de una narración densa pero que a la vez mantiene atento al espectador. El ritmo y el desarrollo de la historia, el montaje, la utilización de la música y la capacidad para hacernos ver la belleza en medio de lo terrible, son una globalidad de lo que se desarrolla a lo largo de la película. Sin embargo, ésta se plantea enriquecedora, y narrativamente interesante.
Se cuenta la vida entrecruzada en la favela “Ciudad de Dios” de Rio de Janeiro con adolescentes y niños sin futuro pero con pistolas, sin posibilidades pero con drogas, sin trabajo pero con ira, mucha ira. En el trasfondo se observa un mundo que les da pocas posibilidades, y ellos aprovechan menos aún, una policía corrupta y asesina. Un lugar donde la vida vale menos que la bala que se dispara para acabar con ella. Las peleas entre las bandas, las del violentísimo Ze pequeño y la de Cenoura, trata de reflejar el dominio y el control de la droga y la violencia en espiral. A medida que el tiempo pasa y los personajes van creciendo, la película alcanza un punto en el que promete una nueva ronda de violencia sin fin en manos de unos niños. Podemos observar una imagen de una sociedad brasileña que está muy cercana. Los hechos están basados en historias reales. En cambio, también puede darse el caso, como el del protagonista Buscapé, de que se encuentre un rayo de luz para salir de ese purgatorio. Como se dice en la película, se convierte en un infierno.
Me encantó esta película, ¡si señor! tiene muy buen ritmo, planos cortos y un montaje espléndido. Es interesante la comparación entre la pistola y la cámara de fotos. Una se impone por su capacidad para destruir y la otra por la capacidad de influir. Buscapé se convierte en alguien importante porque su "arma" sirve para situar la lucha de las bandas en un plano diferente y mostrar que ocurre en la favela.
ResponderEliminarGrande, grande.