Por Taís Carballes Balsa
Waking Life es un film animado mediante la técnica de rotoscopia, dirigido por Richard Linklater, hecho en el año 2001. La película nos plantea una relación entre la vida y los sueños y podría entenderse como una especie de documental que es el que caracteriza la animación. Los diferentes personajes responden a preguntas con las que el propio director se va tropezando a lo largo de su vida, así como las personas a quienes dirige sus dudas. A medida que avanzamos en la película, nos encontramos con respuestas y opiniones muy diferentes, temas muy variados, pero con un lazo en común: los sueños.
En la historia se cuenta que un chico, tras un accidente, empieza a tener sueños en los que se encuentra a toda clase de excéntricos personajes con los que mantiene diálogos existenciales perfectamente lúcidos sobre temas como el tiempo, la sociedad, el existencialismo, la filosofía, el cine, la mente humana, la abstracción... sobre la vida en definitiva.
Para el espectador resulta atractivo e interesante lo que se está contando, puesto en que diversas ocasiones sucede que se acerca a la propia realidad de su experiencia. Es sencillo estar atento a lo que nos están contando, aunque puede que haya ocasiones en las que no entendamos mucho a cerca del tema que nos están hablando, lo cual puede resultar algo pesado si hablan durante demasiado tiempo seguido. Aún así, cuanto más adentro se encuentra uno en la historia, más se empieza a razonar y a meditar a cerca de lo que percibimos, incluso cuando se termina de ver la proyección. Es simplemente como una especie de impulso que lleva a debatir la película.
LIBRE ALBEDRÍO Y DETERMINISMO:
LA RESISTENCIA:
EL TIEMPO:
UNA NUEVA MENTE:
En cuanto al planteamiento de la animación, la película es rodada primeramente con actores reales, cuya imagen va a ser posteriormente coloreada, con la finalidad de adquirir un ambiente que se asemeje más al mundo de los sueños. La técnica empleada es la conocida con el nombre de “rotoscopia”. Con este parecido a los personajes de animación, resulta interesante y llamativo el gesto y las expresiones de los personajes mientras exponen sus ideas. Y se presta atención a detalles también del escenario y del vestuario que, debido al continuo movimiento de la imagen, hace que sea más dinámica la visualización.
En relación al tipo de planos, se observa una abundancia de los primeros planos y los planos medios de los personajes. Quizás se deba a esa intención de que se parezca más a una conversación entre el actor que cuenta la historia y el espectador. Esta forma de plantear la película ayuda a lo que anteriormente se ha estado repitiendo.
Esta película es muy densa, expone tantas teorías e ideas que hace realmente que el espectador reflexione durante y después de verla, y en ocasiones que la mente tienda a saturarse con tantos contenidos, no porque sean complicados si no por su calidad. El guión se nota muy trabajado, los monólogos son muy interesantes, pero no te puede entusiasmar si no te gusta adentrarte en conceptos filosóficos. Cada fotograma está tratado por más de treinta artistas diferentes que ponen su estilo personal, tardaron aproximadamente nueve meses en acabar toda la parte grafica. En definitiva para mi es un peliculón con el que disfrute en todos los aspectos.
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