El Cine como forma expresiva y estética

sábado, 14 de noviembre de 2009

Home ¿Dulce hogar? Ursula Meier, 2008

Por Jorge Anguita


Si tuviera que valorar una película por la cantidad de gente a la que se la recomendaría, diría que esta es muy buena. Quizás por su mensaje directo y porque considero importante que se sigan mostrando en pantalla ciertos comportamientos de una sociedad paradójica, dependiente del progreso y aislada por él.
La trama nos muestra a una familia que vive a las afueras de la ciudad junto a una autopista cerrada al tráfico, disfrutando de la libertad sin las barreras y limitaciones de las leyes y espacios privados. Una familia sin grandes aspiraciones, de conducta hippy y despreocupada. Todo esto cambia cuando la carretera es abierta y el tráfico comienza a traer consigo ruido, contaminación e incomunicación. Su mundo queda dividido con la autovía de dos sentidos que representa una sola dirección, sucumbir ante lo impuesto. Este muro difícil de cruzar les encierra en su propia casa y transforma a cada miembro convirtiendo la rebeldía en apatía, el amor en locura y el optimismo en violencia. Toda esta alegoría se completa cuando deciden insonorizar la casa, tapiar las puertas y ventanas y quedan atrapados en ella sin el aire de afuera. Están desorientados por el silencio, la luz artificial y la falta de sueño que resuelven con somníferos.

Si tuviera que recomendar esta película por el trabajo de la directora creo que no lo haría. Me desconcierta el uso de la música. La película exige durante la primera parte utilizar el sonido natural del exterior que rodea a la casa junto a los diálogos y sonrisas de los personajes. Después con el ruido ensordecedor de los coches y el silencio dentro de la casa. No necesita generar tensión ni dramatismo con la música que se oye, la imagen lo hace todo. La fotografía está bien, la luz del interior produce un contraste y unas gamas que encajan bien con el significado que va adquiriendo la casa a medida que se encierran en ella. Los paisajes se quedan en nada, no están bien aprovechados, no enfatiza la importancia y significado de un entorno evocador salvo cuando muestra las distancias que separa la casa del pueblo. Todo queda reducido desde el principio a un espacio aislado pero limitado que les amuralla incluso antes de comenzar el tráfico. El ritmo, por otro lado, es lento, muy lento, ayuda a seguir la película en unas ocasiones y aburre en muchas otras aunque recurra a desnudos para activar el morbo y a pequeñas dosis de violencia para terminar alguna secuencia.
El guión deja cosas sin resolver como la historia de la hermana mayor que desaparece en mitad de la película y deja una puerta abierta a la interpretación de cada uno (para mi es la más lista de todos, la única que quiere adaptarse). El resto de personajes funcionan acorde con el desarrollo de la trama aunque su comportamiento es inverosímil porque no entiendo como una familia puede perder la cabeza antes de coger sus cosas y salir de allí!. Imagino que esta es otra de las metáforas, al fin y al cabo, todos vivimos cómodamente en nuestras casas reivindicando una libertad que consumimos poco a poco.
En fin, que la doy un 7 por aquello del mensaje, aunque resulte demasiado reiterativo.

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