Campanella trata aquí temas recurrentes en su obra con sus actores de siempre. En el hijo de la novia comparaba la relación rota, debido al alzhéimer, donde el padre sirve como ejemplo al protagonista para enfrentarse a los problemas de pareja bajo una perspectiva diferente.
El secreto de sus ojos es una historia dentro de otra historia. Un protagonista jubilado abandonado a una vida de reflexión que le lleva a escribir una novela donde narra en primera persona el caso que investigó en el pasado y marcó su vida.
Por un lado narra el caso de violación y asesinato de una mujer cuyo marido convierte su vida en una venganza obsesiva contra el asesino y por el otro la película narra la historia del amor que Esposito, el protagonista, sentía hacia Irene, su antigua compañera de trabajo, y que jamás se atrevió a confesarla. En esa novela, como en la película convergen dos historias con dos finales que debía retomar y de algún modo cerrar.
Morales, el viudo, es un personaje ambiguo, un ejemplo de amor incondicional que también refleja el vacío existencial que nos produce la soledad y cuyo final no había podido resolver Esposito. La novela sirve al protagonista para redimirse, enfrentarse al pasado y encauzar su vida, cerrando el otro final, es decir, su historia de amor con Irene. Había tenido para ello otros dos modelos de conducta importantes, el de Sandoval, su amigo y compañero alcohólico cuya pasión, como él reconoce en el bar, estaba acabando con su matrimonio hasta tal punto que sacrifica su vida para salvar a Espósito. Sandoval representaba otro final de una historia cuyo protagonista no había aprovechado sus oportunidades. El otro modelo es el asesino Gómez, que simboliza la impotencia de un pueblo que sucumbe a la corrupción y la carencia de estabilidad política.
La película tiene ritmo y el montaje está muy cuidado, trabaja una amplia variedad de planos y movimientos de cámara la cual en ocasiones permanece obstaculizada por actores. La fotografía también está bien resuelta, con una gama poco saturada que se rompe con los vestidos rojos de Irene (prácticamente siempre son de este color) donde es evidente el simbolismo cromático y su significado en la trama.
Según he podido leer en comentarios de YouTube el plano secuencia de la persecución en el estadio de futbol está rodado con ocho cámaras (grúas, aérea y cámara en mano) y se ha utilizado una recreación en tres dimensiones para enlazar algún plano. También he leído que Campanella quería tratar el tema del futbol ya que en la novela no aparece. Lo cierto es que el resultado queda bastante verosímil. Me parece interesante el movimiento de cámara de la persecución al romper la coordinación entre perseguidor y perseguido. Deteniéndose en las escaleras y esperando a que Gómez retroceda y vuelva a subir los escalones para conseguir escabullirse. O como se detiene entrando en el campo de futbol y cayendo al césped la imagen gira, otro recurso añadido a una secuencia repleta de elementos de inquietud visual.Deduzco que se emplean objetivos de focal larga que reducen la distancia focal y producen grandes desenfoques para anular a personajes (véase la presentación de Sandoval a Irene), o como recurso formal para ambientar los forwards. Sobre todo le sirve para retratar a los personajes con planos cortos penetrando en su psicología. Esto se aprecia desde el principio en el primer plano de la película donde nos muestra los ojos de ella, remitiéndonos ya al título de la película, cuando va a despedirle a la estación (escenita "repateante" que podría haber resuelto sin tanto cliché). Pero aquí nos plantea ya una pregunta, ¿qué historia hay detrás de esos ojos?
Una trama romántica y ficticia donde el director a veces se ve forzado a justificar ciertos errores de guión con comentarios de los mismos personajes. Sin embargo, pienso que la película es bastante buena y el mensaje nos hace reflexionar al tiempo que lo hace el protagonista.
Nota= 8
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