El Cine como forma expresiva y estética

viernes, 1 de enero de 2010

Si la cosa funciona, W. Allen, 2009

La película acaba con el cambio de año... Y como el Pisuerga pasa por Valladolid... Me pedía el cuerpo decir algo sobre el cine de el famoso director neoyorkino. Después de Vicky, Cristina, Barcelona, acaso le apeteciera volver a reivindicar su propia identidad como ciudadano y en ello está una de las cualidades fundamentales del argumento: la ciudad como medio de transición. Seas una jovencita, un hombre maduro, una mujer menopáusica, un homosexual provinciano encerrado en el armario.... seas quien sea, llegas a Nueva York, incluso, al Nueva York más mugroso que puedas imaginar y tu vida se transforma radicalmente en sentido positivo. ¡Y además puedes comprar aprovechando la debilidad del dólar! Mucho mejor que La Habana...
Mientras la veía se me ocurrió que acaso contuviera alguna alusión consciente a La naranja mecánica, por aquello del aniversario, la iconografía del protagonista, ciertos fragmentos de ambientación musical y la relación asimétrica con la joven sureña recuerdan a F. Alexander... Pero comprendo que la idea es tan forzada como las críticas positivas al cine de Godard .

Imagen correcta, pero pobre... como de costumbre; ritmo irregular... como de costumbre. W. Allen se ha centrado tanto en los guiones, que se ha encontrado con los cineastas japoneses de los años treinta. Como en las películas de Ozu, los actores se dirigen al público... por supuesto sin las sutilezas de aquél, de modo comparable a las fórmulas empleadas por los dramaturgos europeos de los siglos XVI y XVII. Imagino que si W. Allen contemplara con detenimiento las obras de Shakespeare, hasta se le podrían ocurrir "genialidades" comparables a las que pergeñaron Sir Lawrence Olivier y Kenneth Branagh cuando se enfrentaron al dramaturgo británico.
El protagonista, quintaesencia proyectiva del propio W. Allen (como es habitual), identifica la genialidad con la capacidad de "visión global". Para partirse el culo... ¿Visión global? Sí, entiendo que es una de sus cualidades fundamentales: W. Allen tiene la visión global suficiente para satisfacer a la legión de seguidores "intuitivos"—borrachos de atomismo preconciliar— que cuando el propio director conduce al otro lado de la pantalla metamorfosea en estúpidos de solemnidad... Y en el horizonte, siempre la sexualidad... el argumento de siempre. Para mi gusto, al genio, al creador de alta cultura, le hace falta algo más que la visión global: tener ideas interesantes. Y Woody Allen lleva muchos años —demasiados— explotando la misma idea mediante comedias de situación de calidad media nunca demasiado alta. Claro, que si la cosa funciona...

2 comentarios:

  1. Si, está claro que esta pelicula es otra comedia más al puro estilo de W.Allen. Más de lo mismo.
    El recurso de la cuarta pared, (el que los personajes se dirijan al publico) me parece que te saca de la pelicula, perceptivamente intenta llamar la atencion, y lo consigue, pero al ser tan evidente, en mi opinion, rompe el ritmo, es demasiado chocante.

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  2. Mezcla rápida entre Todo lo demás, Poderosa Afrodita, y Manhattan, pero sin la calidad de ninguna de ellas (especialmente la última nombrada).

    Diálogos saturados increíbles, historia atropellada, transformaciones desmesuradas, y final de año nuevo.

    Volver al pasado no hace que se hagan buenas películas, y ya van cuatro qué madre mía...


    P.D.(Desesperado) ¡¿Dónde está la cabeza que dio a luz Interiores?!

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