El Cine como forma expresiva y estética

jueves, 11 de marzo de 2010

Apocalypto. Irresponsabilidad hacia veracidad histórico-cultural

Por Patricia Moradillo



Se estrenó en España en enero de 2007 alcanzando un gran éxito en taquilla y una merecida polémica por su violencia implícita. Expertos mayistas de todo el mundo quedaron escandalizados al contemplar el embuste histórico y el carácter efectista de esta interpretación.
Gibson transgrede la veracidad histórica descaradamente pasando por alto la reacción que genera esta selectiva visión en el conocimiento a efectos culturales de la civilización maya y que puede desembocar directamente en estereotipos raciales.
La primera incongruencia se evidencia en el lugar elegido para rodar la película, la selva de Tuxtla, en el estado mexicano de Veracruz, a unos 1000 Km. del área que poblaron los mayas; la proximidad de esta selva con la llanura costera del Golfo de México facilitó el rodaje y la aparición de los conquistadores, escena que parece representar el desembarco de Hernán Cortés en tierras aztecas. Adicionalmente destaca el hecho de que la selva tropical maya durante la etapa prehispánica quedó deshabitada y las grandes ciudades se construyeron en el norte de la península de Yucatán donde la orografía del terreno cambia bastante, las aguas superficiales desaparecen y la vegetación no es tan exuberante.

Vanagloriándose como una película con reparto indígena comete otro agravio comparativo ya que los rasgos de genotipo se corresponden más a los de nativos americanos que a los de los quichés, descendientes directos de los mayas que ahora pueblan el altiplano guatemalteco; esta indeterminación entre mexicas y mayas será recurrente en toda la película y se apoyará en ella, sobre todo de cara a su estreno, para ocultar como se ha alienado un proceso histórico cultural de tres mil años y rebajado culturalmente a la civilización maya. Algunas declaraciones de los actores afirman que los representados en la película son aztecas y no mayas, lo que concuerda con la ubicación geográfica, el desembarco de los colonos y los rituales de sacrificio pero no con la exagerada multitud de referencias y detalles como la arquitectura y arte más relevante del Preclásico y Clásico o los reconocidos dioses del panteón maya.
La caracterización de los personajes esta lograda pero es demasiado homogénea en cuanto al adorno y la modificación corporal. Entre los mayas existían severas prohibiciones suntuarias en cuanto a este tipo de arreglo personal, las castas más elevadas eran distinguidas por su simbolismo estético. Se vuelve a jugar con los datos históricos y la relevancia de estudios que explican el origen de la civilización maya -la organización social, su base de jerarquización y la constitución del sistema político-, para expresar la parte que más interesa de esta cultura: su discordancia a efectos morales y estéticos con occidente.
Como ya he mencionado, en la película se citan y representan destacados dioses del panteón maya, dato que verifica que la película trata sobre los mayas y no los aztecas, se invocan los nombres de Ixchel y Kukulkán. La primera, una fuerza primigenia que representa la luna y la dualidad de las fuerzas cósmicas que integran la mitología y cosmogonía maya, es la diosa de la fertilidad de la tierra y de los hombres. El segundo, conocido en el Popol Vuh como Gucumatz, es una fuerza creadora y transformadora del origen del mundo, un dios olmeca que los mayas adoptaron y asimilaron tempranamente en su mitología; durante el período Posclásico se le reconoce como la Serpiente Emplumada, Kulkulkán para los mayas y Quetzacoatl para los aztecas. Aparece también el dios de la lluvia Chaak representado en los templos y en las máscaras que cubren el rostro de algunos de los verdugos durante la escena del sacrificio.
No es posible eximir la visión sobre la muerte y la transcendencia del alma que ofrece el argumento que iguala estos conceptos a los occidentales. Los antiguos mayas interpretaban estos importantes aspectos de su religión de modo totalmente opuesto, la muerte suponía la continuidad de la vida en el mundo de los muertos, antagónico al de los vivos, el cambio a otra esfera cósmica, el destinto del difunto no dependía de distinciones en cuanto a la moralidad o conducta del individuo en vida y todo ser que fallecía pasaba a residir y poblar este mundo de tinieblas. En el Xibalbá reside toda la sabiduría y poder del tiempo y el destino, ideología que consecuentemente categoriza al inframundo como una esfera cósmica tan importante como la celeste, sino más, gracias a la posibilidad de comunicación con sus habitantes mediante la nigromancia.
En la escenografía y decorados que representan la arquitectura y el arte maya es donde Gibson rompió realmente con todo decoro histórico mezclando períodos, estilos arquitectónicos y variando elementos artísticos.
La alteración entre los períodos y el tipo de construcciones permite mostrar la etapa más esplendorosa de las ciudades mayas que dista de la realmente narrada en más de 600 años, la ciudad se corresponde con los grandes centros ceremoniales del período Clásico y no con las ciudades posclásicas. Entre el 800 y el 900 se origino el primer colapso de la civilización maya produciendo el abandono de sus grandes ciudades construidas en medio selvático, esta decadencia se entiende como un profundo cambio en el sistema de gobierno y consecuentemente en la mentalidad maya: el sistema de monarquía divina, completamente autocrático, que imperó durante el Clásico se desmorono, los gobernantes perdieron su carácter divino y las ciudades su diseño ideal, los grandes templos que son los mausoleos de los reyes dejaron de construirse o se redujeron en tamaño.
A primera vista la ciudad parece una mezcla de la estética arquitectónica de Tikal y Palenque, dos grandes centros ceremoniales del Clásico, pero observando de manera más detallada la escenografía se corrobora la combinación de elementos y perfiles arquitectónicos de diferentes estilos categorizados formalmente por la región de origen, pirámides estilo Petén coronadas por templos con cresterías formalmente palencanas ornamentadas al modo puuk, palacios de piso tipo chenes, elementos escultóricos y decorativos distintivos del período clásico mezclados con los del posclásico de marcada influencia tolteca…, la ciudad muestra un eclecticismo ilusorio y manipulado que pretende enfatizar el asombro del espectador, y porque no decirlo, la gran labor de posproducción y montaje.

Uno de los errores más graves que se han cometido en la película es la utilización de los murales de San Bartolo como fondo significativo para la escena del sacrificio. Estos murales descubiertos en 2001 fueron pintados durante el preclásico y representan además de un mito regional ancestral la gran calidad técnica y estilística de los artistas mayas. Traspasando los límites de la ética se modifica una parte de la escena del Muro Oeste que simboliza la creación del mundo con representaciones de los dioses perforándose el pene y sacrificios de los animales que serán el alimento de los hombres de la cuarta creación, falsea las reproducciones y coloca al hombre en el lugar del animal en el altar sacrificial.

La manipulación de estos murales representa la consumación de todo un montaje comercial que no solo busca el éxito económico sino el generar una concepción que ratifique la diferenciación cultural a través del origen racial y étnico. Cabría entonces resaltar la labor como asesor histórico del filme del reputado experto Richard Hansen que a cambió de una generosa contribución para su grupo de preservación y estudios históricos en Guatemala ha dado su aprobación pasando por alto el ultraje a la memoria histórica y la estigmatización de esta cultura como sociedad. Es del todo contradictorio que un arqueólogo traicione la veracidad histórica y apruebe las nociones que subyacen en el transfondo del argumento para conseguir un mayor capital que invertir en la investigación y preservación arqueológica del área maya.
Es discutible no solo la interpretación y mal gusto de Gibson sino el motivo de la difamación que logra manipulando la historia y la percepción del espectador, por qué conforma estereotipos raciales que transforma directamente prejuicios sociales hacia las culturas orientales.
También es bastante interesante establecer una comparativa con su anterior película de corte histórico, La Pasión de Cristo, cuyo guión fue escrito en colaboración con Benedict Fitzgerald y es una escrupulosa adaptación de los relatos de La Pasión que recogen los Evangelios según San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan. Es destacable la diferencia que establece Gibson entre una película y otra, como enfatiza y desarrolla el proceso histórico, lo que previene al que va más allá de la mera expectación de los intereses y convicciones de Gibson que a través de la violencia desarrolla dos conceptos totalmente diferentes en torno a la transcendencia de la muerte el de recreamiento y el de arrepentimiento y reflexión a partir de ésta que atribuye directa y respectivamente a las culturas oriental y occidental. Acentúa los valores de las religiones occidentales y rebaja y manipula los de las orientales apoyándose directamente en conductas minuciosamente escogidas.

3 comentarios:

  1. yo creo que es verdad todo esto

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  2. hay que tener en cuenta que es holiwood, y no es un documental, que Mel aya difamado la memoria de la vida prehispanica, es cierto y cualquier arqueológo ubiera esperado que richard hansen hubiera dado su visto bueno a un antor, por mucho dinero (que asco para el hambito arqueologico....

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